Contenido
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- 0.2 Qué significa que una persona acaricie a todos los perros que ve, según la psicología
- 0.3 Si insultas a otros conductores cuando vas solo, es por esto: lo dice la psicología
- 1 ¿Qué es la oniomanía y por qué algunas personas lo padecen?
- 2 ¿Por qué aparece la oniomanía y qué impulsa a estas personas a comprar a cada rato?
- 3 ¿Cuáles son las fases de la compra compulsiva?
- 4 ¿Cuáles son las consecuencias emocionales, económicas y sociales de la oniomanía?
- 5 ¿Qué tratamientos hay disponibles para abordar la oniomanía?
Comprar objetos de forma compulsiva, incluso sin necesitarlos, se convirtió desde luego en una práctica más habitual de lo que parece. El auge de las compras en línea, las rebajas, la presión social por la imagen y la inmediatez que ofrece el entorno digital contribuyen a que se desdibuje el límite entre el deseo y la necesidad. Es aquí donde aparece el fino límite entre la naturalización de estas conductas como parte de una sociedad consumista y el padecimiento de la oniomanía, considerado como un trastorno para el campo de la psicología.
Pero, ¿Qué hay detrás de este impulso descontrolado por gastar? La psicología ofrece respuestas concretas que permiten comprender el origen de esta conducta.
¿Qué es la oniomanía y por qué algunas personas lo padecen?
La oniomanía es un trastorno psicológico caracterizado por una necesidad compulsiva de realizar compras. A diferencia del consumo habitual, quien padece esta condición compra de forma repetitiva y sin control, motivado por una urgencia que escapa a la lógica o la necesidad real.
No se trata de un simple gusto por adquirir productos. La persona con oniomanía experimenta un impulso incontrolable que le lleva a consumir como forma de lidiar con malestares emocionales, aunque esto desemboque en consecuencias negativas: económicas, personales y psicológicas.
Este trastorno no está oficialmente clasificado en los manuales clínicos como una categoría independiente. En cambio, suele enmarcarse dentro del conjunto de los trastornos del control de los impulsos no especificados.
¿Por qué aparece la oniomanía y qué impulsa a estas personas a comprar a cada rato?
La compra compulsiva no ocurre de forma espontánea. Su aparición responde a factores específicos que inciden en la salud emocional y en los hábitos de comportamiento. Entre las principales causas se encuentran:
- Baja autoestima: quienes presentan inseguridades sobre su propia imagen o capacidad personal tienden a compensarlas adquiriendo productos que refuercen su identidad o apariencia.
- Carencias afectivas: el acto de comprar puede operar como un intento de llenar un vacío emocional o sustituir vínculos ausentes.
- Influencias sociales y culturales: el entorno actual, fuertemente marcado por el consumismo, refuerza la idea de que el bienestar y el éxito están ligados a la posesión de bienes materiales.
- Impulsividad: existe una relación directa con otros trastornos, como la ansiedad o los desórdenes del estado de ánimo.
- Uso excesivo de redes sociales: la exposición constante a modelos de vida idealizada, promociones y novedades fomenta la compra inmediata como reacción emocional.
Según diversos estudios, como el de la psiquiatra alemana Emil Kraepelin y conferencias como la Global Conference on Business and Finance Proceedings (2015), entre el 80% y el 92% de los casos de oniomanía se presentan en mujeres, principalmente entre los 18 y 30 años.
La diferencia de género se expresa también en los objetos adquiridos: mientras ellas optan más por ropa, calzado y complementos, los hombres compulsivos suelen centrarse en productos electrónicos o tecnológicos.
¿Cuáles son las fases de la compra compulsiva?
El comportamiento del comprador compulsivo sigue una secuencia bien definida:
- Anticipación: aparecen pensamientos insistentes sobre comprar algo. La idea se convierte en una necesidad mental.
- Preparación: se planifica cómo, cuándo y dónde se realizará la compra. Incluso se buscan detalles del producto deseado.
- Compra: se ejecuta el acto de adquirir con un nivel elevado de excitación.
- Consecuencias emocionales: tras la compra, surgen sentimientos de culpa, vergüenza o arrepentimiento.
Esta secuencia puede repetirse con una frecuencia elevada, generando un ciclo difícil de romper.
El impacto de la oniomanía se manifiesta en varios niveles:
- Económico: los gastos pueden sobrepasar los ingresos, generando deudas e inestabilidad financiera.
- Emocional: la persona entra en un bucle de ansiedad y alivio temporal, que termina afectando su estado de ánimo general.
- Relacional: familiares y amigos pueden ver afectada su relación con quien padece el trastorno, por ocultamiento, conflictos o tensión.
- Conductual: se pierde el interés por otras actividades o compromisos, centrándose únicamente en el impulso de comprar.
En algunos casos, la persona puede evitar utilizar los objetos adquiridos, acumulándolos o incluso olvidando su existencia.
¿Qué tratamientos hay disponibles para abordar la oniomanía?
Aunque no es una categoría clínica reconocida como trastorno independiente, existen tratamientos efectivos para quienes sufren oniomanía, según expresan medios especializados como IPSIA (Psicologos Madrid). El abordaje más habitual combina terapias psicológicas y, en ciertos casos, tratamiento farmacológico.
- Terapia Cognitivo-Conductual (TCC): permite identificar los patrones de pensamiento que conducen al acto de comprar, así como reemplazarlos por estrategias más adaptativas. También trabaja sobre la gestión emocional y la tolerancia a la frustración.
- Intervención farmacológica: algunos antidepresivos de tipo ISRS, utilizados en tratamientos para el trastorno obsesivo-compulsivo, han mostrado efectividad al reducir los impulsos de compra. La medicación debe ser supervisada por un especialista en psiquiatría.
- Apoyo en grupos: participar en grupos de apoyo puede generar un efecto terapéutico mediante la identificación con otros casos similares y la verbalización de la experiencia.
Cómo prevenir o detectar señales tempranas
Aunque la oniomanía puede desarrollarse de manera gradual, hay signos que permiten detectar su aparición:
- Sensación constante de deseo por comprar, incluso sin necesidad.
- Compras frecuentes en soledad.
- Irritación o ansiedad si no se puede comprar.
- Ocultamiento de objetos adquiridos.
- Sensación de vacío tras la adquisición.
Algunas recomendaciones para evitar caer en este patrón incluyen:
- Realizar listas de compra cerradas.
- Fijar presupuestos semanales.
- Evitar navegar sin propósito por tiendas online.
- No comprar en momentos de tristeza o euforia.
- Ir de compras acompañado.