Contenido
- 0.1 ¿Qué significa usar perfume a diario, según la psicología?
- 0.2 Ni reírse ni tocarse el pelo: el sencillo gesto que revela si alguien está realmente cómodo contigo
- 0.3 ¿Qué significa descansar las manos detrás de la cabeza mientras hablas con alguien, según la psicología?
- 1 La psicología explica por qué nos rascamos el cuello al hablar
- 2 ¿Por qué nos rascamos el cuello cuando tenemos dudas, según los psicólogos?
- 3 Consejos psicológicos si nos rascamos el cuello al hablar
Los pequeños gestos y decisiones que tomamos al entablar una conversación pueden desvelar mucho más sobre nuestra personalidad de lo que pensamos. Por ello, la psicología ha querido estudiarlos a fondo.
Por ejemplo, algo tan rutinario como rascarse el cuello al hablar puede ser una pista sobre nuestras emociones, las dudas que tenemos o incluso sobre nuestros intentos de tapar alguna mentira.
Quizás todavía creas que rascarse el cuello no significa nada, pero los expertos tienen claro que si ese gesto se produce en determinados contextos conversacionales, puede tener un trasfondo claro.
La psicología explica por qué nos rascamos el cuello al hablar
Para algunos especialistas en comunicación no verbal, rascarse el cuello o la nuca mientras hablamos puede ser un símbolo de duda, inseguridad o mentira.
Hay gente que lo hace para calmar sus nervios, pero para la psicología este no siempre es el caso. De hecho, la explicación más habitual es que es un símbolo físico de un conflicto interno. Es decir, cuando alguien no está totalmente convencido de lo que está diciendo o de lo que le están contando.
Por ello, rascarse el cuello puede aparecer en situaciones muy diversas. Por ejemplo, cuando te estás tratando de explicar pero no estás seguro de lo que dices, en el momento de responder a una pregunta incómoda o si percibes que tus argumentos no están convenciendo.
Llevo al extremo, este gesto puede ser percibido como una señal de posible mentira. Igual no es tu caso, pero ten en cuenta que tu interlocutor puede interpretarlo así. Sobre todo si lo que te rascas es la nuca.
Históricamente se ha asociado a estar ocultando datos, sintiéndose culpable mientras se habla o directamente inventándose la información.
¿Por qué nos rascamos el cuello cuando tenemos dudas, según los psicólogos?
Algunos expertos en psicología relacionan rascarse el cuello cuando estamos incómodos con una reacción de nuestro yo primitivo. Esta parte del cuello siempre ha sido una de las más vulnerables y mortales ante posibles ataques.
Eso hace que cuando estamos nerviosos nuestro subconsciente entre en juego y tengamos la tendencia de tocar y proteger el cuello como una reacción instintiva ante una inseguridad o una amenaza.
Además, la repetición de este gesto ha provocado que, en muchos casos, se conviertan en una forma de liberar tensión interna y de buscar una sensación de calma aunque sea momentánea.
De hecho, esta considerado como un gesto de autoapaciguamiento. Es decir, un movimiento que hacemos inconscientemente para reducir el malestar emocional en situaciones sociales difíciles.
Consejos psicológicos si nos rascamos el cuello al hablar
Desde la psicología siempre se recomienda que tomemos conciencia sobre nuestros propios gestos al hablar. Igual lo haces por costumbre, pero rascarse el cuello va a provocar que la persona con la que conversas no acabe de confiar en ti.
Quizás en tu día a día tus amigos sepan que haces esto y no necesariamente es porque estás mintiendo o porque estás incómodo, pero en un entorno laboral y en contextos donde las personas no te conocen puede jugarte una mala pasada.
Eso hace que lo más recomendable siempre sea tener una actitud relajada con las manos, evitar tics nerviosos, adoptar una postura abierta y mirar a los ojos, para proyectar una imagen de seguridad y honestidad al mundo.