Contenido
- 0.1 ¿Qué significa ponerse siempre triste los domingos por la tarde, según la psicología?
- 0.2 Los 3 colores que siempre eligen las personas menos inteligentes
- 0.3 ¿Qué significa llevar una cinta con la bandera de España colgada del espejo del coche? La psicología lo explica
- 1 ¿Qué significa el interés por la tauromaquia, según la psicología?
- 2 Conclusiones sobre la conexión entre el gusto por la tauromaquia y la personalidad
Pese a las grandes dosis de polémica que suscita, no cabe duda de que la tauromaquia es una de las costumbres más arraigadas y que arrastra a un mayor número de aficionados en España. Más allá de discusiones morales, hay una interesante perspectiva psicológica que merece la pena explorar y explicar en este artículo: la gran mayoría de gustos y aficiones personales tienen un reflejo claro en la personalidad de los individuos. Y los toros no son una excepción, claro.
El objetivo de este artículo es analizar, desde un punto de vista puramente psicológico, cuáles son los rasgos más claros de la personalidad de los aficionados a la tauromaquia, a través de diversos factores como la tradición, la identidad cultural, el entretenimiento, o la emoción de quien presencia un espectáculo de riesgo.
¿Qué significa el interés por la tauromaquia, según la psicología?
Es difícil dibujar un patrón de personalidad a partir del gusto por una determinada actividad; da igual que sean los toros, como en este caso, un deporte, o una afición intelectual). Sin embargo, desde la óptica de la psicología sí que se pueden esbozar algunas ideas comunes entre los aficionados a los toros. Las dos principales tienen que ver con la cultura y la tradición heredada, por un lado, y por la querencia a presenciar cierto tipo de actividades emocionantes, por otro.
Uno de los principales factores que explican la afición por los toros es la identidad cultural. En sociedades o países donde la tauromaquia es una tradición arraigada, como por ejemplo España, México, Colombia o el sur de Francia, muchas personas desarrollan esta afición por aprendizaje social. Desde la infancia, la exposición a las corridas de toros y la asociación de este espectáculo con valores como el coraje, la valentía y el honor refuerzan una conexión emocional con esta práctica.
Desde una perspectiva psicológica, el condicionamiento social y la identidad colectiva juegan un papel clave. La teoría del aprendizaje social de Albert Bandura sugiere que los individuos adoptan comportamientos y actitudes de su entorno, y que también aprenden costumbres por herencia cultural de sus antepasados. Por lo tanto, quienes crecen en un contexto favorable a la tauromaquia pueden desarrollar una afinidad por esta práctica sin cuestionarla, asimilándola como parte de su identidad.
Antonio David Gallardo, licenciado en psicología por la Universidad de Granada, ya se hizo eco de esta teoría en su artículo Los toros y la psicología, publicado en el medio digital taurino Tendido Cero.
La personalidad y gusto por la adrenalina
Otro factor importante es el rasgo de personalidad conocido como búsqueda de sensaciones. Según el psicólogo Marvin Zuckerman, las personas con una alta necesidad de estimulación tienden a disfrutar experiencias intensas y de alto riesgo, como los deportes extremos o los espectáculos cargados de emoción. La tauromaquia, con su inherente carga de peligro y dramatismo, puede resultar una actividad especialmente atractiva para las personas que posean este perfil de personalidad.
Además, la fascinación por la lucha entre el hombre y el toro puede vincularse a una apreciación por el dominio y el control sobre situaciones de riesgo. Las personas que disfrutan viendo estos enfrentamientos pueden sentir una especie de identificación con la figura del torero, quien representa valentía, destreza y dominio sobre la naturaleza. Este es otro factor que puede explicar algunos rasgos comunes en la personalidad de los aficionados a los toros.
Cecilio Paniagua, en el estudio titulado Psicología de la afición taurina, publicado en la revista de humanidades Ars Medica en el año 2008, recoge también la canalización de emociones como el sadismo, el narcisismo, o incluso el erotismo a través de la tauromaquia, que tienen también su reflejo en los aficionados.
Conclusiones sobre la conexión entre el gusto por la tauromaquia y la personalidad
Aunque la afición por los toros es un fenómeno muy complejo, que combina factores que poco o nada tienen que ver entre sí (culturales, psicológicos y de personalidad, por citar algunos), sí es posible extraer algunas conclusiones y rasgos comunes entre las personas aficionadas a la tauromaquia. Para algunos, los toros representan una conexión con la tradición y la identidad nacional; para otros, una simple fuente de adrenalina y emoción. Y para la mayoría, una mezcla de estos y otros factores en diversas proporciones.
Por lo tanto, analizándolo exclusivamente desde la psicología, podemos entender que el gusto por la tauromaquia no responde a una única razón, sino que a menudo está influido por múltiples variables, desde el aprendizaje social o las tradiciones culturales, hasta la propia personalidad de cada individuo.