¿Qué significa no querer ponerse nunca un chándal, según la psicología?

La elección de ropa no solo refleja preferencias estéticas, también revela aspectos profundos de nuestra personalidad

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Hombre adulto usando un chándal

La psicología de la moda estudia cómo las elecciones de vestimenta afectan nuestro comportamiento y cómo, a su vez, reflejan quiénes somos. Según la terapeuta y consultora Dawnn Karen, esta disciplina examina como factores como el color, el estilo y la imagen impactan tanto en nuestras emociones como en las interacciones sociales. Así, nuestra ropa, sea un chándal o una chaqueta de cuero, se convierte en un canal de comunicación no verbal que envía señales al entorno y a nosotros mismos.

La relación entre la ropa y la autoestima es uno de los aspectos clave en este campo. Diversos estudios han demostrado que el atuendo influye directamente en la confianza y el bienestar emocional. Conceptos como la «cognición vestida» proponen que no solo pensamos con el cerebro, sino también a través de nuestras experiencias corporales, incluyendo lo que llevamos puesto.

El rechazo al chándal y su significado psicológico

No querer ponerse nunca un chándal puede estar vinculado a diversos factores psicológicos y sociales. Esta prenda, asociada históricamente con la comodidad y el deporte, ha sufrido un rechazo cultural en ciertos contextos debido a percepciones sobre su informalidad. A nivel psicológico, esta elección puede revelar aspectos como:

La frase de Karl Lagerfeld, «El chándal es un signo de derrota. Cuando pierdes el control sobre tu vida, te compras uno», ilustra cómo el rechazo a esta prenda puede asociarse con la búsqueda de control y éxito personal.

La evolución del chándal en la moda

Marcas como Tommy Hilfiger, Vetements o Off-White han trabajado para transformar el chándal en una prenda aspiracional.

Hoy en día, esta prenda no solo representa comodidad, sino también modernidad y estilo. Para algunos, llevar un chándal con accesorios elegantes es una forma de redefinir las normas tradicionales de vestimenta.

Sin embargo, quienes se resisten a esta tendencia pueden estar influenciados por una percepción desfasada del chándal como símbolo de descuido. Esta resistencia puede actuar como una barrera que limita la capacidad de explorar nuevas formas de expresión personal.

Cómo la vestimenta puede comunicar mensajes y afectar nuestras emociones

La ropa que usamos no solo afecta a nuestra autoestima, también envía mensajes a los demás sobre nuestra identidad. Negarse a llevar un chándal podría ser una forma de reafirmar ciertos valores o ideales personales. Por ejemplo, quienes priorizan un estilo cuidadosamente estructurado pueden ver el chándal como incompatible con su visión de sí mismos.

Sin embargo, esta postura puede ser más flexible en contextos culturales donde el chándal se reinventa como un símbolo de estatus.

Un estudio realizado por la Harvard Business School reveló que los compradores que llevaban ropa deportiva eran percibidos como más poderosos en tiendas de lujo debido a la falta de necesidad de impresionar.

A su vez, la percepción del chándal ha cambiado con el tiempo, y su uso puede tener implicaciones psicológicas significativas. Vestir ropa cómoda y funcional puede reducir la ansiedad y fomentar un estado mental relajado. Por otro lado, evitar este tipo de prendas podría estar relacionado con la presión por mantener una imagen idealizada o con patrones de pensamiento rígidos.

La profesora Karen Pine señala que las prendas tienen un significado simbólico que influye en nuestra mente. Así, negarse a usar un chándal podría ser un reflejo de creencias internas sobre lo que es aceptable o inaceptable en términos de apariencia personal.

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