¿Qué significa llevarse mal con los hermanos, según la psicología?

Las relaciones entre hermanos son únicas y están marcadas por una mezcla de amor y conflicto

llevarse mal con los hermanos, hermanos peleando, mesa, golpeándose

Hermanos peleando en la mesa.

La relación entre hermanos es una de las primeras interacciones significativas que experimentamos en nuestra vida. Se trata de un vínculo que combina emociones opuestas, desde la complicidad y el apoyo, hasta los celos y las rivalidades. Esta ambivalencia está presente a lo largo de todas las etapas vitales y llevarse mal con los hermanos es una experiencia bastante normalizada, pero no por ello hay que dejar de prestarle atención.

Y es que desde el punto de vista psicológico, el hecho de llevarse bien o mal con los hermanos puede tener efectos profundos en el desarrollo emocional. En este contexto, analizar las causas y consecuencias de los conflictos fraternales nos permite entender mejor la importancia de estas relaciones y su impacto a largo plazo.

Qué significa llevarse mal con los hermanos

Llevarse mal con los hermanos no se limita a las típicas discusiones infantiles. Según la psicóloga Beatriz Berjón, este vínculo está cargado de emociones que van desde el amor y la protección hasta la envidia y la frustración. Estas emociones, aunque comunes, pueden intensificarse por factores externos como las dinámicas familiares, las comparaciones o las preferencias de los padres.

Causas frecuentes de conflicto:

¿Cuál es el impacto psicológico de llevarse mal con los hermanos?

Las consecuencias de llevarse mal con los hermanos no se limitan a la infancia. En muchos casos, los conflictos no resueltos se trasladan a la vida adulta y afectan nuestras relaciones personales.

La doctora Karen Gail Lewis señala que la infancia es un «laboratorio» donde aprendemos habilidades sociales como negociar, resolver conflictos y cooperar. Cuando estas habilidades no se desarrollan adecuadamente debido a tensiones fraternales, las personas suelen replicar esos patrones en su vida adulta, ya sea en relaciones de pareja o en el ámbito laboral.

Además, las malas relaciones entre hermanos pueden influir en la autoimagen. Berjón explica que etiquetas familiares como «el favorito» o «el conflictivo» generan inseguridad y afectan la autoestima.

Efectos comunes en la vida adulta:

¿Es posible mejorar la relación con los hermanos?

Los expertos coinciden en que las relaciones entre hermanos pueden mejorar con el tiempo, especialmente en la mediana edad o durante el cuidado de los padres mayores. La doctora Lewis compara estas relaciones con un reloj de arena: son más cercanas durante la infancia y la vejez, pero tienden a debilitarse en la juventud y la adultez temprana.

Para reconstruir una relación deteriorada, es fundamental abordar los conflictos de raíz. Según Berjón, un primer paso es entender las dinámicas familiares que dieron lugar a los problemas. Este proceso puede requerir la ayuda de un profesional.

Consejos para fortalecer el vínculo:

La importancia de los padres en las relaciones fraternales

El papel de los padres es crucial para evitar conflictos graves entre hermanos. Graciela Moreschi destaca que cuando un progenitor muestra favoritismos o alianzas con un hijo, genera desequilibrios difíciles de resolver.

Según Rivas, los padres deben promover la igualdad, estableciendo límites claros y fomentando la resolución de conflictos de forma pacífica. Esto crea un entorno donde los hermanos pueden construir vínculos sólidos y duraderos.

Salir de la versión móvil