Llegan a España las parejas DADT: la nueva tendencia que rompe los esquemas de las relaciones

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En la actualidad, las formas de relacionarse en pareja son cada vez más diversas y flexibles, y no existe una forma única de relacionarse y amar. Entre las alternativas que han ganado visibilidad en los últimos años se encuentran las relaciones DADT, sigla en inglés que significa Don’t Ask, Don’t Tell (no preguntes, no digas). Este tipo de acuerdo, que suele darse dentro de relaciones abiertas o poliamorosas, parte de la premisa de que cada integrante de la pareja tiene derecho a mantener ciertas experiencias fuera del conocimiento del otro. No se trata de ocultar con mala fe, sino de respetar los límites personales sobre qué se desea compartir y qué no.

La clave está en el consentimiento mutuo y en la capacidad de dialogar sin juzgar para construir relaciones honestas, respetuosas y sostenibles en el tiempo. La terapeuta de relaciones Paige Bond, especialista en acompañar vínculos no convencionales, explica que una pareja DADT establece explícitamente que uno o ambos miembros pueden tener relaciones afectivas o sexuales fuera del vínculo principal, siempre y cuando no se compartan detalles al respecto. Según señala en su web, muchas personas eligen este modelo porque valoran profundamente su privacidad, la autonomía personal y la gestión libre de sus afectos. «Uno de los miembros de la pareja puede tener otras parejas románticas o sexuales, pero el otro miembro no quiere saber nada al respecto», afirma Bond. Este tipo de pacto puede resultar funcional para quienes desean abrir su relación sin la constante exposición a los detalles que podrían generar incomodidad, celos o inseguridades. Como todo acuerdo no tradicional, requiere madurez emocional, comunicación clara y confianza para que funcione y no derive en malentendidos.

¿Cuáles son las características principales de las relaciones de pareja DADT?

Las parejas DADT pertenecen al amplio espectro del poliamor o de las relaciones no monógamas consensuadas. Aunque no todas las personas abiertas practican esta modalidad, quienes lo hacen tienden a establecer ciertas reglas fundamentales desde el inicio.

Tal como aclara Paige Bond, el consentimiento es el pilar más importante: todas las partes deben estar plenamente informadas y de acuerdo sobre lo que implica el vínculo.

«Esto incluye decidir qué información se compartirá y cuál no, con qué frecuencia se revisarán los acuerdos y cómo se manejarán temas sensibles como los celos o los sentimientos emergentes hacia otras personas», comenta la profesional. En este sentido, destaca que no se trata de evitar el conflicto a través del silencio, sino de regular la información para proteger el bienestar emocional individual y de la pareja.

La construcción del diálogo, la negociación y los cuidados mutuos

Uno de los errores comunes al pensar en relaciones abiertas es imaginar que no requieren de reglas. Por el contrario, son esenciales para una comunicación sincera, clara y eficiente. Las parejas DADT suelen mantener conversaciones frecuentes sobre sexo seguro, salud sexual y límites físicos o emocionales. Así que suelen estar atentos a lo que hace uno y otro, y están de acuerdo en ello.

En ese sentido, los acuerdos son para establecer si se permitirán besos, encuentros sexuales con la misma persona repetidamente o vínculos afectivos. Además, es recomendable fijar momentos para revisar si la política DADT sigue funcionando para ambos porque esta práctica ayuda a prevenir la aparición de secretos, lagunas de información o situaciones que erosionen la confianza.

La honestidad emocional ante los sentimientos

El Centro Integral PsiCo Lleida, especializado en psicología relacional, aporta otra mirada sobre este tipo de relaciones. Suelen analizar el resto de parejas y destacan que los vínculos abiertos saludables deben priorizar la colaboración, la escucha activa y el respeto mutuo.

«La honestidad emocional juega un papel clave, especialmente cuando surgen emociones difíciles como el miedo, la inseguridad o los celos», aseguran los miembros de la institución.

A su vez, sugieren que estos sentimientos no deben interpretarse como fracasos de la pareja, sino como oportunidades para profundizar en el vínculo. El diálogo sincero sobre lo que cada uno necesita, siente, quiere, ya sea más contención, ajustes en los acuerdos o espacios de validación emocional, permite atravesar los desafíos sin que se conviertan en obstáculos permanentes.

¿Qué sucede si un miembro de la pareja DADT se enamora de otra persona?

Aunque algunos acuerdos DADT establecen explícitamente no desarrollar vínculos afectivos con terceros, lo cierto es que el amor no siempre responde a las reglas preestablecidas.

«En caso de que uno de los miembros se enamore de alguien más, lo ideal es mantener la honestidad como valor central. Negar los sentimientos o esconderlos solo puede llevar a rupturas dolorosas o traiciones innecesarias», recomienda Bond.

Las parejas exitosas que practican el DADT entienden que los acuerdos pueden modificarse. Si hay amor o deseo de establecer un vínculo más profundo con otra persona, lo recomendable es abrir ese diálogo, revisar los pactos y tomar decisiones desde la empatía y el respeto mutuo.

Una sexualidad responsable y consensuada

En lo que respecta al plano sexual, los especialistas coinciden en que antes es normal que haya una conversación clara sobre los actos permitidos y los límites personales. Esto incluye definir prácticas seguras, uso de protección, frecuencia de las relaciones con terceros e incluso si se permitirá que esos terceros ingresen a espacios compartidos, como el hogar.

Además de reducir riesgos físicos, estos acuerdos ayudan a evitar situaciones que puedan herir emocionalmente a alguno de los miembros de la pareja. «Las relaciones DADT no eliminan el compromiso, sino que lo redefinen desde una lógica más horizontal, consciente y libre», afirman desde el Centro Integral.

Reconocer este fenómeno en uno mismo y en la pareja puede abrir un espacio de comprensión y confianza. Hablar abiertamente sobre la necesidad de gustar y sobre cómo se siente al recibir atención externa puede ser útil para mantener una relación basada en la honestidad.

La comunicación afectiva no significa evitar el conflicto, sino atravesarlo con respeto. Hablar sin herir, escuchar sin juzgar, y discutir sin destruir son pilares de una relación consciente. Detectar frases dañinas y reemplazarlas por otras que validen, acompañen y fomenten la comprensión mutua es una elección que cada pareja puede tomar para construir un vínculo más fuerte y saludable.

 

 

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