Contenido
En las últimas décadas, la ciencia del bienestar ha centrado buena parte de su atención en las variables que determinan la calidad de vida. Más allá de los factores externos, existen hábitos cotidianos que parecen estar vinculados de forma directa con la estabilidad emocional que comparten las personas más felices. Entre ellos, uno ha sido objeto de numerosos análisis por su relación con el estado de ánimo, la atención y la capacidad de disfrutar lo cotidiano.
En el contexto español y sobre todo occidental, distintas investigaciones han identificado un patrón conductual común entre quienes afirman sentirse bien con su vida: un hábito sencillo, pero cada vez menos respetado, que incide directamente en la salud mental.
¿Cuál es el hábito que comparten las personas más felices?
Frente al escenario recién mencionado, los expertos coinciden en señalar una práctica común entre las personas más felices: mantener una rutina de descanso nocturno regular y suficiente. En pocas palabras, dormir bien.
Una investigación publicada en Sleep and Breathing en 2022, bajo el título Association of sleep duration with mental health, evaluó a 505 personas adultas en España de entre 16 y 64 años. El estudio utilizó el cuestionario GHQ-12 para detectar riesgo de mala salud mental, y encontró una relación clara entre la duración del sueño y dicho riesgo.
El 13,1% de los participantes dormía menos de seis horas por noche. Esta franja presentó una asociación estadísticamente significativa con mayor vulnerabilidad psicológica. En términos simples, a menor cantidad de horas dormidas, mayor es el riesgo de presentar síntomas relacionados con una mala salud mental.
Además, el estudio identificó que los grupos con menor descanso están compuestos en mayor proporción por mujeres y personas con uso frecuente de dispositivos electrónicos, lo que sugiere la influencia del estilo de vida en el deterioro del descanso nocturno.
Estas observaciones coinciden con resultados internacionales que destacan el sueño suficiente como un elemento común entre las personas más felices. La calidad y la cantidad del sueño aparecen como indicadores sólidos de bienestar subjetivo.
¿Por qué dormir suficiente influye en el bienestar?
Dormir no es simplemente una necesidad biológica: influye de forma directa en la manera en que una persona gestiona emociones y responde al entorno. Entre los mecanismos más relevantes se encuentran:
- Regulación emocional: un descanso adecuado favorece la estabilidad emocional. Las personas que duermen suficiente reaccionan de forma más proporcional ante estímulos estresantes y mantienen mejor el recuerdo de experiencias positivas.
- Prevención de trastornos mentales: diversos estudios han vinculado la falta de sueño con un aumento en los síntomas de ansiedad, depresión y desequilibrios emocionales. El análisis español de 2022 destaca que reducir las horas de sueño incrementa significativamente el riesgo de salud mental negativa.
- Impacto sobre la salud física: dormir menos de siete horas se relaciona con mayor probabilidad de desarrollar enfermedades metabólicas, cardiovasculares y neurodegenerativas. Por el contrario, un sueño estable y suficiente reduce la inflamación, mejora el sistema inmune y potencia la memoria.
- Disminución de la impulsividad: cuando el cerebro no descansa lo suficiente, disminuye la actividad de las áreas relacionadas con el control racional. Esto lleva a actuar de forma más impulsiva, con menor tolerancia a la frustración y tendencia a consumir alimentos hipercalóricos o a prolongar el uso de pantallas.
El hábito en común de las personas más felices: ¿Cuántas horas se deben dormir?
La investigación científica ha identificado un patrón consistente: las personas más felices duermen bien. Así de simple. Para adoptar un buen hábito de sueño, la National Sleep Foundation aconseja entre siete y nueve horas de sueño por noche para adultos.
Por otra parte, un informe británico desarrollado por Oxford Economics y el National Centre for Social Research analizó los hábitos de más de 8.000 personas. Los resultados mostraron que la calidad del sueño era el factor más determinante en el índice de bienestar subjetivo.
Quienes se sentían descansados tras dormir registraban puntuaciones 15 puntos más altas que quienes no lo lograban. Esta diferencia superaba incluso a factores como los ingresos o el estado civil.
Dicho todo esto, se presenta a continuación las claves comunes entre las personas más felices:
- Dormir entre siete y nueve horas por noche.
- Mantener un horario estable, incluso durante fines de semana.
- Evitar pantallas luminosas al menos una hora antes de dormir.
- Crear un entorno adecuado (oscuridad, silencio, temperatura neutra).
- Establecer rutinas previas al sueño, como lectura o meditación.
Para concluir, estas son algunas de las ventajas de tener un sueño adecuado, en cifras:
- Según la National Sleep Foundation, las personas con sueño insuficiente tienen un riesgo 50% mayor de presentar síntomas de depresión.
- Un estudio publicado en la revista Elsevier postula que quienes duermen bien reportan menor ansiedad y mejor percepción de calidad de vida.
- El descanso suficiente mejora la resiliencia emocional, incluso frente a eventos estresantes.
- Las personas con buen descanso muestran mejor tolerancia al dolor físico y menor riesgo de enfermedades crónicas.