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Seguro que esta situación te resulta familiar: una persona mayor se sienta, recuerda el pasado y empieza a relatar con detalle historias que se remontan décadas atrás. A veces divertidas, otras cargadas de nostalgia o enseñanzas, estas anécdotas aparecen una y otra vez en reuniones familiares.
¿Por qué los mayores tienen la necesidad de recordar y compartir sus vivencias? La psicología tiene una respuesta que va mucho más allá del entretenimiento.
Los motivos por los que las personas mayores cuentan historias según la teoría de Erikson
La tendencia de las personas mayores a compartir anécdotas no es casual ni anecdótica. Según la teoría del desarrollo psicosocial formulada por el psicólogo Erik Erikson, la vida humana se divide en 8 etapas, cada una atravesada por un conflicto fundamental. En la etapa final, que comienza aproximadamente a los 65 años, el ser humano enfrenta el dilema entre la integridad del ego y la desesperación.
Durante este periodo, según informa Simply Psychology, el individuo realiza un profundo ejercicio de reflexión. Repasa su vida, evalúa decisiones pasadas y busca encontrar sentido y coherencia en lo vivido. Si el balance es positivo, se alcanza una sensación de plenitud, sabiduría y aceptación.
Si, en cambio, domina el arrepentimiento o la sensación de pérdida de oportunidades, puede aparecer la desesperación y el arrepentiminento. En este contexto, contar historias se convierte en un recurso natural para organizar y reafirmar el relato personal. Al verbalizar sus vivencias, los mayores no sólo comparten recuerdos. Seguro que están procesando emocionalmente su existencia y construyendo un legado.
El valor psicológico de narrar experiencias en la tercera edad
Desde una perspectiva psicológica, narrar experiencias no es simplemente hablar del pasado. Se trata de una forma activa de construir identidad. En cada historia compartida, el narrador redefine su papel, contextualiza sus decisiones y afirma su valor ante sí mismo y ante los demás.
Joan Erikson, esposa y colaboradora de Erik Erikson, propuso incluso una novena etapa del desarrollo humano, que comienza en la vejez avanzada (más de 80 años). En ella, las crisis anteriores pueden resurgir, pero también se da la oportunidad de reafirmar la integridad del ego a través de la transmisión de sabiduría.
Cómo apoyar a las personas mayores en el proceso de compartir sus historias
Reconocer el valor psicológico de estas narraciones transforma la forma en que nos relacionamos con las personas mayores. Lo que muchos consideran repeticiones innecesarias son, en realidad, intentos de encontrar y transmitir su sentido.
Desde la terapia, existen métodos como la revisión de vida o los proyectos de legado, que ayudan a organizar los recuerdos en relatos coherentes y significativos. Éstas son algunas recomendaciones que puedes poner en práctica cuando una persona mayor te cuente sus anécdotas:
- Escucha activamente sin juzgar ni interrumpir.
- Fomenta espacios donde pueda compartir sus historias.
- Valora sus recuerdos como parte de la historia familiar.
Aceptar estas narraciones con empatía fortalece el vínculo intergeneracional. Por último, también ofrece a nuestros mayores una herramienta para encontrar paz, dignidad y un cierre emocional. Detenernos a escuchar es, quizás, el gesto más humano que podemos ofrecer.