Esto es lo que dicen los psicólogos sobre las personas que dejan pasar antes de salir del ascensor

Hábitos

Esto es lo que dicen los psicólogos sobre las personas que dejan pasar antes de salir del ascensor

Los ascensores forman parte de la vida cotidiana en edificios residenciales, oficinas, hospitales y centros comerciales. Su uso nos ahorra tiempo y esfuerzo, especialmente cuando se trata de evitar largas subidas por escaleras. Esta comodidad los convierte en un espacio compartido donde los pequeños gestos de cortesía adquieren valor. Un ejemplo claro es cuando alguien decide ceder el paso antes de entrar al ascensor. Este comportamiento, aparentemente simple, puede revelar mucho sobre la personalidad de quien lo realiza.

Mario Puente, psicólogo especialista en psicología clínica, explica que «ser una persona amable nos ayudará a favorecer las relaciones con los otros. Diluye los ambientes hostiles y fomenta el espíritu colaborativo». Quienes permiten que otros entren primero al ascensor suelen mostrar rasgos de personalidad y valores como la amabilidad, la empatía y el respeto por las normas sociales. Estas personas tienden a ser emocionalmente inteligentes, tienen una actitud cooperativa y se sienten cómodas cediendo su lugar sin esperar nada a cambio. Este tipo de comportamientos refuerzan la convivencia pacífica y el respeto mutuo en espacios compartidos. Como recomendación, fomentar estos gestos en la rutina diaria contribuye a generar entornos más amables y humanos. Enseñar a niños y jóvenes a actuar con cortesía, incluso en situaciones simples como usar un ascensor, es clave para formar adultos más respetuosos y conscientes de su entorno.

La personalidad de quienes dejan pasar en el ascensor

Desde una perspectiva psicológica, los pequeños gestos cotidianos, como dejar que otra persona entre primero al ascensor, pueden revelar mucho sobre la estructura de la personalidad. Estos sujetos no solo actúan con cortesía; están mostrando patrones consistentes de comportamiento que reflejan valores profundos, actitudes sociales y habilidades emocionales. Algunos de los rasgos más destacados son:

Amabilidad

Según el modelo de los Cinco Grandes Rasgos de Personalidad, las personas que puntúan alto en amabilidad son cooperativas, generosas, compasivas y buscan evitar conflictos.

Empatía

La empatía es la capacidad de ponerse en el lugar del otro, comprender sus emociones y actuar con consideración hacia sus necesidades.

Una persona empática reconoce, por ejemplo, si alguien está cargando bolsas, si es una persona mayor o simplemente si llegó antes. Ceder el paso en estas situaciones no se hace por obligación, sino porque genuinamente se considera el bienestar ajeno.

Paciencia

Muchas personas viven con una sensación de prisa constante. Sin embargo, quienes deciden esperar y ceder el paso muestran capacidad de autorregulación.

En lugar de dejarse llevar por la urgencia o el ego, eligen actuar con calma y consideración. Esta capacidad es clave en entornos urbanos, donde la frustración aumenta rápidamente.

Respeto por los demás

Aunque no existe una norma escrita, hay situaciones donde se espera que ciertas personas tengan prioridad: mayores, personas con movilidad reducida, embarazadas, etc.

Quienes ceden el paso suelen tener conciencia jerárquica flexible, es decir, saben cuándo les corresponde ceder aunque no haya una obligación directa, simplemente porque es lo correcto.

Altruismo

El altruismo implica actuar en beneficio de otros sin esperar recompensas. Alguien que permite que otro suba antes al ascensor, incluso si tiene prisa, está haciendo un sacrificio mínimo, pero significativo. Estas personas suelen tener una visión de la vida orientada al servicio, al bienestar colectivo y a las buenas relaciones humanas.

Conciencia social

Estas personas tienen una comprensión clara de las normas que regulan la convivencia social. Saben que en espacios públicos se espera un mínimo de respeto, orden y atención al otro.

Inteligencia emocional

Ceder el paso requiere leer correctamente el contexto social. Las personas con alta inteligencia emocional detectan señales no verbales, como miradas, lenguaje corporal o incluso el silencio incómodo, y responden adecuadamente.

Saben cuándo es momento de actuar con generosidad y manejan sus propias emociones con autocontrol.

Autoimagen positiva

Desde la psicología social, se sabe que muchas personas actúan de forma prosocial porque esto refuerza su autoimagen como individuos “educados”, “respetuosos” o “cívicos”. Este no es un rasgo negativo: tener una identidad positiva basada en valores impulsa la repetición de conductas beneficiosas para todos.

Las consecuencias positivas de ceder el paso en el ascensor

Aunque parezca un gesto cotidiano, ceder el paso en un ascensor tiene múltiples beneficios, tanto para quien lo hace como para quien lo recibe. Algunas de las principales consecuencias:

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