¿Llevas varias horas trabajando y tu cabeza va a explotar? ¡Éste es el motivo por el que debemos dejar descansar el cerebro cada 90 minutos! Cuando descubras de qué se trata, comprenderás por qué hay momentos en medio de la jornada laboral en los que te hace falta tomarte un respiro.
Afortunadamente, existen algunos trucos que pueden ser de mucha ayuda como la conocida regla 90-20 para gestionar tu tiempo.
¿Por qué dejar descansar el cerebro cada 90 minutos?
Puede que no lo sepas, pero la ciencia se ha encargado de averiguar cuál es la razón por la que sufrimos un agotamiento mental repentino cuando pasamos aproximadamente una hora y media inmersos en nuestras tareas. “Respuesta curativa ultradiana” es el nombre que los investigadores le han dado a este proceso que explica por qué el cerebro requiere de una «pausa neurológica» de vez en cuando. Y la necesidad de esta pausa es cada vez mayor.
La cuestión es que trastornos como el estrés y la ansiedad hacen que nuestro cerebro empiece el día cansado, por lo que alcanza su pico de rendimiento mucho antes y se agota más rápidamente. La mente del ser humano no fue «diseñada» para estar activa durante tanto tiempo seguido, y al pasar esos 90 minutos se enciende una especie de alarma interna que reclama un ciclo de recuperación o «respuesta curativa ultradiana». Si no le prestamos atención, es peor.
Es crucial estar pendientes de estas señales que nos envía el cerebro porque con un descanso de sólo 20 minutos, aplicando la regla 90-20, puedes favorecer el proceso de curación del cuerpo y la mente. En ese rato, tu cerebro olvida la información sin importancia y eso le permite almacenar nuevos datos.
El problema con el que se encuentran los doctores es que, a pesar de su insistencia en lo indispensable de este descanso temporal, muchas personas creen aquello de que sólo son eficientes si están ocupadas.
Por el contrario, se ha demostrado que, si no dejamos que la mente se recupere, no seremos capaces de sostener un buen ritmo de trabajo. Informes de la UANL de México consideran la pausa clave para el desarrollo profesional.
¿Cuándo dejar descansar el cerebro?
Hay algunas señales que destacan entre las que envía el cerebro respecto de lo importante que resulta el descanso. Las distracciones, la mirada vacía, incluso el sentirse perdido en el entorno y no poder concentrarse en un solo pensamiento son algunas de las advertencias a las que debes prestarle atención.
Los bostezos, las respiraciones profundas y las tensiones irritantes en el cuerpo son otras de las señales, al igual que el moverte o estirarte sin parar.
Pasos para dejar descansar el cerebro
Si estás preocupado, y te interesa la posibilidad de regenerarte y aumentar la productividad en tu vida, hay ciertos pasos que puedes seguir.
Debes estar pendiente de los síntomas
Un cerebro cansado sufrirá síntomas inconfundibles, como los que hemos descrito. Si percibes cómo la fatiga se acumula, no ignores esas señales.
Desconéctate de todo
Como indica la regla del 90-20, tómate 20 minutos para desconectarte de todo lo que te rodea. Lo principal es que evites las pantallas del ordenador y el móvil. No contestes las llamadas y busca un espacio tranquilo en el que puedas relajarte. Cuantos menos estímulos haya más rápida y profunda será la curación.
Comienza con estrategias simples
Puedes facilitar la recuperación del cerebro de este modo, sin tener conocimientos de meditación ni nada por el estilo. Sólo ponte cómodo, cierra lentamente los ojos y habla contigo mismo. No hagas nada más que proyectar qué vas a hacer cuando tengas tiempo libre, esa noche o el fin de semana. Siempre que haya un parque cerca y no puedas ir hasta allí, míralo por la ventana para conectar con los árboles y las plantas. Eso despejará tu cerebro.
La Asociación AARP, entre otras entidades, afirma que la naturaleza es «la receta para mejorar la salud mental» tanto a corto como a medio plazo.
Haz que se transforme en un hábito
Para que estas estrategias den resultado realmente, tienes que practicarlas con bastante frecuencia. No tiene sentido que uno o dos días descanses 20 minutos cada 90 minutos dedicados al trabajo, si luego te pasas dos semanas en las que no reduces la rutina de ninguna forma. Tienes que lograr que el descanso sea un hábito.
Un descanso grande tras varios descansos pequeños
Esa mala costumbre de no parar ni siquiera durante el almuerzo es sumamente perjudicial. Tras un par de descansos pequeños durante la mañana tienes que tomarte un descanso más grande al mediodía.
El cansancio de esas primeras horas del día se va acumulando, y si no dejas atrás tus obligaciones para comer no podrás concentrarte ni desempeñarte en tu ámbito laboral como desearías. Recuerda que todas esas mínimas interrupciones son «inversiones» en tu salud mental.