Contenido
Cada vez más familias comen mirando la pantalla y las escasas horas que tienen para pasar juntos no las aprovechan para hablar entre ellos. La televisión es una fuente de ocio casi inagotable, pero nunca debería ser el motivo de nuestra desconexión con la gente que queremos. Ahora, la psicología ha demostrado que este mal hábito nos perjudica en el corto y en el largo plazo.
Hay rutinas que tenemos totalmente asimiladas en nuestro día a día y que son muy negativas para nosotros. Sin embargo, una de las más perjudiciales y que más nos afecta es comer viendo la televisión. Quizás nos provoque un disfrute instantáneo, pero sus consecuencias van a ser desastrosas.
Aunque ver tu película o serie favorita en el descanso que tienes para cenar te pueda parecer una gran idea, está destrozando tu rutina. Los psicólogos han demostrado que si no paras de hacerlo puedes tener problemas físicos y personales.
¿Por qué queremos ver la televisión mientras comemos según la psicología?
Uno de los principales motivos por los que las personas tendemos a ver la televisión mientras comemos es por la necesidad de escapar de los pensamientos o emociones negativas.
La televisión, como medio de entretenimiento, ofrece una distracción inmediata que puede aliviar temporalmente el estrés, la ansiedad o la soledad. Pero, ¿es saludable?
Según varios estudios psicológicos, utilizar la televisión como refugio para evitar la confrontación con nuestras emociones puede generar un ciclo de dependencia.
En lugar de procesar los sentimientos negativos, nos acostumbramos a desviar la atención, lo que puede desembocar en problemas a largo plazo como la incapacidad para gestionar situaciones personales complejas.
Consecuencias negativas de ver la televisión durante la comida
Aunque pueda parecerte un comportamiento inofensivo, ver la televisión durante tus comidas va a tener consecuencias físicas y psicológicas graves:
-
- Deterioro de las relaciones familiares: estás perdiendo la oportunidad de conectar con otros en la mesa. Comer juntos es uno de los momentos más importantes para la interacción familiar, y sustituir esa conversación por una pantalla puede provocar un distanciamiento.
- Falta de atención: comer de manera consciente es fundamental para disfrutar de los alimentos y conseguir una sensación de saciedad. Si estás más pendiente de la serie que de tu comida este vínculo se pierde. Eso te va a provocar una mala relación con la comida, lo que puede desencadenar en diferentes desórdenes alimentarios.
- Aumento de peso: unido a lo anterior, si el cerebro está distraído y no recibe bien las señales de saciedad vas a comer mucho más de lo que realmente necesitas. Este patrón hará que aumente el riesgo de padecer obesidad y otros problemas de salud.
Consejos psicológicos para dejar de cenar mirando la televisión
De la misma manera que la psicología es capaz de explicarte las consecuencias negativas de ver la televisión durante las comidas, también te da unas pautas básicas para dejar de hacerlo:
- Establece zonas libres de pantallas: designa un espacio de la casa (por ejemplo, el comedor) donde no esté permitido el uso de dispositivos electrónicos durante las comidas.
- Practica la atención plena: intenta concentrarte mentalmente en los sabores, texturas y sensaciones. Eso ayudará a que te sacies y mejorará tu relación con la comida.
- Fomenta la participación: logra que el resto de tu familia no perciba estar sin televisión como algo negativo. Haz preguntas, interésate por sus vidas y aprovecha la ocasión para charlar y fortalecer los vínculos entre vosotros.