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La búsqueda de la felicidad o el hecho de «ser feliz» es un tema que ha intrigado a la humanidad desde tiempos inmemoriales. Filosofías antiguas, religiones y más recientemente la psicología moderna, han tratado de desentrañar los secretos de este estado tan deseado. Sin embargo, definir la felicidad no es una tarea sencilla, ya que cada individuo es único y lo que puede ser una fuente de alegría para uno, puede no tener el mismo efecto en otro. Esta subjetividad hace que la felicidad sea un concepto complejo y multifacético, difícil de encapsular en una sola definición o fórmula.
A menudo, encontramos la felicidad en los pequeños momentos: una sonrisa, una tarde soleada, una conversación con un ser querido. Estos instantes efímeros pueden parecer insignificantes, pero tienen el poder de transformar nuestro estado de ánimo y nuestra percepción de la vida. A pesar de su aparente trivialidad, estos momentos de felicidad son cruciales para nuestro bienestar emocional. Sin embargo, aunque disfrutemos de estos destellos de alegría, la pregunta sigue siendo: ¿Podemos hacer algo para ser más felices de manera sostenida?.
Los 5 hábitos que debes adoptar si quieres ser feliz, según la ciencia
La ciencia ha intentado responder a esta pregunta, y aunque no existe una receta universal para la felicidad, investigadores como la psicóloga social Sonja Lyubomirsky han identificado ciertos hábitos que pueden aumentar nuestro nivel de felicidad. Estos hábitos no son soluciones mágicas, pero están respaldados por estudios que demuestran su efectividad para mejorar nuestro bienestar. A continuación, exploramos cinco de estos hábitos que, según la ciencia, pueden ayudarte a ser más feliz.
Dejarse llevar por el «flujo»
Uno de los conceptos más interesantes en la psicología de la felicidad es el estado de «flujo». Este término se refiere a esos momentos en los que estamos tan inmersos en una actividad que perdemos la noción del tiempo. Según explica Lyubomirsky a CNN , este estado de fluidez está estrechamente asociado con la alegría. Cuando nos dejamos llevar por una actividad que nos absorbe por completo, experimentamos una profunda satisfacción y un sentido de logro.
Para aumentar las experiencias de flujo en tu vida diaria, no es necesario que te enfrentes a desafíos extremos como escalar una montaña o competir en un deporte de alto rendimiento. Actividades cotidianas como trabajar en un proyecto que te apasiona, jugar con tus hijos, o dedicar tiempo a un pasatiempo creativo pueden inducir este estado. La clave es encontrar actividades que te resulten desafiantes pero alcanzables, que capten tu atención y te hagan perderte en el momento que te va a llevar a ser feliz o a que notes que lo eres.
Practica actos de bondad al azar
Realizar actos de bondad de manera desinteresada no sólo beneficia a quienes reciben esa bondad, sino que también tiene un impacto positivo en quien la realiza y te permite ser feliz. Lyubomirsky señala que ser amable con los demás genera una cascada de resultados positivos. Nos hace sentir más generosos, capaces y agradecidos, lo cual fortalece nuestra autoestima y nos da una mayor sensación de interconexión con el mundo.
Estos actos de bondad pueden ser pequeños gestos cotidianos, como pagar el café de alguien, ayudar a un vecino con una tarea o simplemente sonreírle a un desconocido. También pueden ser actos más significativos como hacer voluntariado, donar a una causa benéfica, o dedicar tiempo a escuchar a alguien que lo necesita. La idea es crear una «espiral ascendente» de positividad que no solo te hará sentir bien a ti, sino que también mejorará el día de otras personas.
Cuida tus relaciones personales
Las relaciones personales tienen un impacto profundo para ser feliz ya que puede aumentar el nivel de alegría y felicidad. Estudios han demostrado que las personas con relaciones cercanas y de calidad tienden a ser más felices que aquellas que se sienten solas o desconectadas. Pasar tiempo de calidad con tu pareja, familia y amigos puede incrementar significativamente tu bienestar emocional.
Lyubomirsky sugiere que invertimos tiempo y energía en fortalecer nuestras relaciones. Esto puede significar planear actividades especiales con tus seres queridos, tener conversaciones significativas, o simplemente estar presente y atento en el día a día. Las relaciones sólidas nos proporcionan apoyo emocional, un sentido de pertenencia y un espacio seguro donde podemos ser nosotros mismos.
Expresa gratitud
La gratitud es una de las prácticas más poderosas para mejorar nuestra percepción de la vida y aumentar nuestra sensación de ser feliz o de felicidad. Tomarte el tiempo para reconocer y agradecer las cosas buenas en tu vida puede cambiar tu enfoque de lo que falta a lo que ya tienes. Lyubomirsky recomienda tomarse un momento cada semana para reflexionar sobre tres a cinco cosas por las que te sientas agradecido. Esto puede ser algo tan simple como disfrutar de una taza de café por la mañana o algo más significativo como el apoyo de tu familia.
Además, expresar gratitud hacia los demás también puede fortalecer tus relaciones y aumentar tu felicidad. Escribir una nota de agradecimiento, enviar un mensaje o simplemente decir «gracias» de manera sincera puede tener un impacto profundo tanto en ti como en la persona que lo recibe.
Mantente físicamente activo
La conexión entre la actividad física y el hecho de ser feliz está bien documentada. El ejercicio regular no sólo mejora tu salud física, sino que también tiene un efecto positivo en tu bienestar mental. La actividad física libera endorfinas, que son conocidas como las hormonas de la felicidad, y puede reducir los niveles de estrés y ansiedad.
No es necesario que te conviertas en un atleta para aprovechar estos beneficios. Encuentra una actividad que disfrutes, ya sea caminar, bailar, nadar o practicar yoga, y hazla parte de tu rutina. La clave es mantenerte activo de manera regular, ya que incluso pequeños incrementos en la actividad física pueden tener un gran impacto en tu felicidad general.
En resumen, aunque la búsqueda de la felicidad puede parecer un camino complicado, adoptar estos hábitos respaldados por la ciencia puede ayudarte a mejorar tu bienestar y encontrar más alegría en tu vida diaria para ser feliz. La clave está en ser constante y encontrar lo que mejor funciona para ti, recordando siempre que la felicidad es un viaje, no un destino.