Divorcio silencioso: el fenómeno que aumenta en España sin que nadie lo note

Divorcio silencioso: el fenómeno que aumenta en España sin que nadie lo note

En las últimas décadas, las dinámicas familiares han experimentado una profunda transformación, influenciada por factores sociales, culturales y económicos. El matrimonio, en muchos casos, ha dejado de ser considerado una institución inquebrantable, lo que ha dado lugar a un aumento significativo de divorcios en todo el mundo. Sin embargo, existen situaciones en las que las parejas no buscan la disolución formal del matrimonio, pero sí experimentan una desconexión emocional profunda. Este fenómeno se conoce como divorcio silencioso, un tipo de ruptura donde, aunque los miembros de la pareja continúan viviendo juntos, su relación ya no tiene los lazos emocionales que la sostienen.

Según Varghese Summersett, un equipo de especialistas en defensa penal, lesiones personales y derecho de familia, un divorcio silencioso describe «una situación en la que una pareja sigue legalmente casada pero ha puesto fin de hecho a su relación emocional y a menudo física. Viven vidas separadas bajo la apariencia de una relación matrimonial normal sin el proceso formal de un divorcio legal». Este tipo de relación puede surgir por una falta de comunicación, estrés acumulado o por el miedo a enfrentar la realidad de la separación. Las personas que forman parte del divorcio silencioso suelen sentir una desconexión emocional y física, lo que puede generar tristeza, frustración o incluso una sensación de soledad dentro del matrimonio. A menudo, las parejas que atraviesan esta fase no buscan ayuda profesional, lo que contribuye a que la situación empeore. ¿En qué consiste el divorcio silencioso, sus razones, cómo identificar sus señales y qué hacer para abordarlo?

¿Cuáles son las razones del divorcio silencioso?

Falta de comunicación

La comunicación es la base de cualquier relación. Cuando las parejas dejan de hablar sobre sus sentimientos, necesidades y expectativas, la desconexión comienza a crecer. Según Itae Psicología, centro especializado en terapia cognitiva-conductual «los problemas de comunicación en la pareja generan discusiones, distanciamiento emocional, problemas de autoestima, ansiedad y estrés, irritabilidad, tristeza y soledad entre otros. Todos estos factores, si no son abordados adecuadamente, pueden desembocar en una separación».

Rutina y desgaste

Con el paso del tiempo, la rutina diaria, las responsabilidades laborales y familiares pueden consumir tanto a la pareja que se pierde la chispa del amor.

La monotonía y el desgaste emocional hacen que los cónyuges se distancien sin que exista un conflicto directo. Esta falta de renovación en la relación puede dar lugar al divorcio silencioso.

Falta de intimidad emocional y física

La intimidad no solo se refiere al aspecto físico de la relación, sino también al plano emocional. Cuando la pareja deja de compartir sus pensamientos, preocupaciones y deseos más profundos, la conexión emocional se debilita. La falta de una intimidad genuina puede llevar a la desconexión.

Diferencias irreconciliables

En algunos casos, las parejas evolucionan en direcciones diferentes. Esto puede ser el resultado de cambios en las prioridades personales, el desarrollo de nuevos intereses o la incompatibilidad en cuanto a objetivos a largo plazo.

Sin un diálogo abierto, estas diferencias pueden volverse insostenibles, llevando a una desconexión.

Miedo al conflicto o al cambio

Algunas parejas, especialmente aquellas que han estado juntas durante muchos años, tienen miedo al cambio o al conflicto que representa una separación formal, especialmente también si hay hijos.

El miedo a la soledad, el estigma social o la incertidumbre económica puede hacer que ambos cónyuges se resignen a una relación vacía, pero funcional en apariencia.

Las señales claves que conducen a un divorcio silencioso

Identificar un divorcio silencioso no siempre es fácil, ya que la pareja puede seguir viviendo bajo el mismo techo y cumplir con las responsabilidades cotidianas.

Sin embargo, suelen darse señales claras que pueden indicar que la relación está en peligro, especialmente entre la pareja:

Alejamiento mutuo

Algún miembro de la pareja prefiere estar ocupado con otras actividades (trabajo, amigos, hobbies) y evitan pasar tiempo a solas con el otro, esto refleja un distanciamiento emocional. Si esto sucede hay que hablarlo antes de que sea tarde.

Distanciamiento físico

La falta de contacto físico, como abrazos, besos o incluso la ausencia de gestos cariñosos, es otra señal de que algo no va bien.

La intimidad sexual también puede verse afectada, y la falta de deseo o de interés en el otro es un indicativo claro de un divorcio silencioso.

Falta de apoyo emocional

En una relación sana, los cónyuges se apoyan mutuamente en momentos difíciles. En el divorcio silencioso, puede haber resentimiento o indiferencia frente a las dificultades que enfrenta el otro.

La falta de empatía y el distanciamiento emocional marcan una de las principales señales de este fenómeno. Si esto se repite en el tiempo, poco se puede hacer para salvar la relación.

Ausencia de metas compartidas

Cuando una pareja deja de soñar o planificar su futuro juntos, es una señal de que la relación ha perdido el propósito compartido que la mantenía unida.

¿Cómo actuar ante un divorcio silencioso?

Buscar ayuda profesional

La terapia de pareja puede ser una herramienta valiosa. Un terapeuta especializado puede ayudar a mediar en las conversaciones difíciles, identificar patrones destructivos en la relación y enseñar a los cónyuges nuevas formas de comunicarse y conectar.

Reabrir la comunicación

La base para superar un divorcio silencioso es recuperar la comunicación. Es importante que ambos miembros de la pareja hablen abierta y sinceramente sobre lo que sienten, sus necesidades y expectativas.

Si se sigue sin afrontar la situación al paso del tiempo, el divorcio es un hecho que llegará antes o después. Buscar un espacio para el diálogo, sin recriminaciones ni defensivas, puede ayudar a resolver malentendidos y encontrar soluciones.

Priorizar el bienestar individual

En algunos casos, continuar en una relación que ha pasado por un divorcio silencioso puede ser perjudicial para ambas partes.

En esos casos, priorizar la salud emocional y el bienestar de ambos puede llevar a tomar la decisión de separarse. Y al final es una buena decisión, tanto para ambos como para los hijos en el que caso de que se tengan.

Si uno todavía cree que esta relación puede salvarse, hay muchas cosas que se puede hacer antes de llegar al divorcio silencioso.

 

 

 

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