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A veces son los propios padres los que repiten hábitos que no deberían en la educación, por lo que también hay que poner en valor cuando es el hijo quien nos trae buenas noticias. Por ejemplo, si dicen mucho una frase en concreto que puede ser una señal de que lo estáis haciendo genial.
No todo se mide por el comportamiento en público ni por las notas en el cole. Nos referimos a la frase «siento haberme portado así». Si tu hijo la repite después de haber hecho algo mal, siéntete muy orgulloso de cómo lo has educado.
Repetir algo así demuestra un verdadero arrepentimiento y que tu hijo tiene conciencia sobre sus propios actos, empatía y capacidad de autocrítica. ¿Hay algo más deseable que esto?
Por qué si tu hijo dice «siento por haberme portado así» significa que sois buenos padres
Lo mejor de la frase «siento haberme portado así» cuando la pronuncia un niño es que no se trata de una disculpa automática. El hecho de expresar remordimiento implica que el menor ha desarrollado conciencia emocional y capacidad de autocrítica.
Esta habilidad no aparece de la nada y los padres tenéis parte de la culpa. Es el resultado de un entorno donde se fomenta la comunicación y donde los adultos han enseñado que equivocarse forma parte del aprendizaje.
Los niños pequeños tienden a justificar su conducta, inventarse historias o buscar culpables externos. Por eso el reconocimiento de que son ellos quienes han obrado mal es un gran avance en su educación. Es decir, es un indicio de que han interiorizado valores como la responsabilidad y la empatía.
Los expertos explican que este tipo de frases van más allá de la cortesía. Reflejan que el niño entiende cómo sus acciones afectan a los demás y busca reparar el daño causado, aunque sea de forma simbólica.
Por qué es tan importante que nuestros hijos aprendan a disculparse
El valor de esta expresión está en el proceso mental y emocional que implica. Para poder reconocer que se han portado mal, deben saber identificar la conducta inapropiada, compararla con lo que sabe que se espera de él y tomar la decisión de corregirlo.
Este recorrido es clave en el desarrollo infantil porque fortalece habilidades como el autocontrol, la reflexión y la regulación emocional. Además, prepara a los menores para situaciones sociales más complejas, donde reconocer un error puede evitar conflictos o mejorar la convivencia.
De hecho, los psicólogos señalan que este comportamiento está muy relacionado con la forma en que los padres manejan los problemas en casa. Si se corrige sin humillar, se explica el motivo de las normas y se enseña a pedir perdón de forma respetuosa, los niños aprenden a comportarse así.
Consejos para que los padres ayuden a sus hijos a corregir sus errores
Hay niños con una mayor inteligencia emocional, pero en todos los casos van a necesitar que los padres los acompañen en el proceso de aprender a reconocer sus propios errores.
En ese sentido, lo más determinante es controlar las reacciones. Jamás ignores una disculpa o restes importancia a estos pequeños gestos, ya que pueden desmotivar a tu hijo.
En cambio, puedes reforzarlo con pequeños reconocimientos positivos. Por ejemplo, agradeciéndole que se haya atrevido a pedir perdón.
Pero el mejor consejo siempre es dar ejemplo. Los adultos que piden disculpas cuando se equivocan enseñan con hechos lo que significa reconocer un error.