Pocos se animan, pero este hobby es ideal para que los mayores de 70 se relajen y mantengan la motricidad activa

Esta actividad ayuda a entrenar las manos, liberar la cabeza y disfrutar del momento, solo o en compañía

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Recreación de una mujer trabajando con arcilla.

A los 70 años el cuerpo cambia. La agilidad se reduce, las manos pierden precisión y ciertos movimientos cotidianos requieren más esfuerzo. La motricidad fina, sobre todo, empieza a resentirse.

No obstante, no se trata de rendirse. La clave está en ralentizar ese desgaste natural y, al mismo tiempo, encontrar actividades que ayuden a relajarse y a mantener la mente y el cuerpo activos.

No todo tiene que ser crucigramas, ajedrez o paseos tranquilos. Hay pasatiempos más creativos, manuales y entretenidos que, además de estimular la concentración, tienen un impacto real en el bienestar físico y emocional. Y lo mejor: se pueden disfrutar en solitario o en buena compañía.

Este es el hobby que mejora la motricidad y relaja de verdad a los 70

El pasatiempo que deberían hacer todos los mayores de 70 para relajarse mientras mejoran su motricidad es modelar con arcilla. Esta actividad no requiere experiencia artística ni manos de escultor. Basta con tener curiosidad, ganas de probar algo distinto y dejarse llevar por la experiencia de trabajar con un material que conecta con lo más básico: la tierra, las manos y la forma.

Lo primero que se nota al tocar arcilla es su efecto calmante. Amasarla, presionarla, darle forma… todo eso activa los sentidos y exige atención. Es una tarea manual que, sin necesidad de hablar, permite volcar emociones, distraerse del ruido mental y mantenerse presente. Esa conexión inmediata con el momento genera un tipo de concentración que libera la mente y relaja el cuerpo.

Desde el punto de vista físico, el modelado exige movimientos repetidos y controlados. La coordinación entre los ojos y las manos mejora, los dedos trabajan, se estiran, presionan y moldean. Esa estimulación constante tiene un efecto positivo en la motricidad fina, especialmente en quienes empiezan a notar rigidez o torpeza. Además, el esfuerzo que requiere mantenerse enfocado durante un rato largo contribuye a entrenar la memoria y la atención.

Por otro lado, también hay algo de satisfacción en crear algo propio. No importa el resultado final. Lo que cuenta es el proceso, ese recorrido que lleva de un bloque informe a un objeto concreto, hecho con tus manos, a tu ritmo.

Cómo empezar con la arcilla a los 70 años

La arcilla se adapta a la persona. Hay tipos blandos, como la de secado al aire o la polimérica, que resultan perfectos para quienes se inician. No hace falta horno ni herramientas complicadas. Con un espacio cómodo, algo de agua y unos palillos o rodillos, se puede empezar sin problema.

Tambien hay que cuidar el entorno: música tranquila, buena luz, y si se hace en grupo, aún mejor. Compartir este tipo de actividad fomenta el vínculo social, que en la tercera edad es fundamental para evitar el aislamiento.

Para quienes buscan ideas concretas, se pueden crear desde portavelas, maceteros o cuencos, hasta imanes decorativos o figuras abstractas. No hay reglas. Y si algo sale mal, se vuelve a empezar. La arcilla ofrece esa segunda oportunidad constante que invita a probar sin miedo al error.

Cada sesión es un pequeño paréntesis dentro del día, un momento para centrarse en uno mismo sin presiones externas. Y todo eso, mientras se fortalecen las manos, se estimula el cerebro y se trabaja la paciencia.

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