Ni móvil ni tablets: el truco de toda la vida que hace a los niños más inteligentes, sobre todo en matemáticas

Uno de los gestos más sencillos puede convertirse en una herramienta sorprendentemente eficaz para los niños

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La educación de los niños es una de las grandes preocupaciones de cualquier padre. Cómo aprenden, qué les motiva y hasta qué punto desarrollan sus capacidades marca su futuro. Cada etapa llega con dudas nuevas y, entre todas, siempre aparece la misma pregunta: qué influye de verdad en la inteligencia de un niño.

Según un estudio reciente, hay un gesto cotidiano que hace a los niños más inteligentes y que resulta mucho más sencillo de lo que parece. Se ha usado durante décadas, no requiere comprar aparatos ni aplicaciones y, aun así, impulsa con fuerza su nivel en matemáticas.

Este es el truco que ayuda a que los niños sean más inteligentes, según un estudio

El truco es usar los dedos al sumar. La investigación titulada Finger counting training enhances addition performance in kindergarteners analizó a cientos de niños de entre cinco y seis años. Lo llamativo del estudio no es la muestra tan amplia, sino la mejora tan clara que vieron cuando los pequeños recibían un entrenamiento guiado para usar los dedos al sumar.

Los que no los usaban y empezaron a hacerlo pasaron de acertar apenas el 37 % de las sumas a superar el 77 %. Mientras, los del grupo de control subieron muy poco. La diferencia es enorme y se mantuvo semanas después. El dedo funciona como un soporte que ayuda a pensar.

Contar con los dedos permite que el niño vea la cantidad, no sólo el número escrito. Esa traducción tan directa entre el gesto y la cifra abre un camino que facilita el razonamiento. Los expertos explican que este uso de las manos actúa como un puente natural hacia ideas más abstractas.

El estudio también confirma que los niños que no usaban los dedos pero empiezan a hacerlo tras el entrenamiento avanzan bastante más que aquellos que ya recurrían a esta estrategia desde el principio.

Por otro lado, los autores aclaran que no todos responden igual. Un pequeño porcentaje no logra adoptar la estrategia. Suelen ser niños que ya tenían dificultades previas con la comprensión numérica. Aun así, el efecto general es tan sólido que deja claro que esta herramienta tan vieja sigue siendo muy útil hoy.

Asimismo, los investigadores remarcan que contar con los dedos no interfiere más adelante. Al contrario, los niños que en algún momento los usaron y luego dejaron de necesitarlos terminan rindiendo mejor que los que nunca los usaron. Es decir, el dedo no «atasca», sino que impulsa.

Cómo hacer que los niños empiecen a contar más con los dedos

Si quieres que esta estrategia forme parte de su aprendizaje, la clave es integrarla sin presión. Los niños responden bien cuando algo les resulta natural.

Puedes usar objetos que tengan en casa, como bloques o cuentas, para representar cantidades y relacionarlas con los dedos. Los dados, las cartas y cualquier actividad que implique sumar pequeñas cantidades estimula su intuición numérica. En el día a día, contar coches, escaleras o piezas de fruta permite que el niño entienda que el número no es una decoración, sino una medida real.

Cuando vaya ganando seguridad, se le puede animar a visualizar sus dedos sin levantarlos. Esa transición es la que convierte el gesto en cálculo mental. Y, sobre todo, celebra cada avance. El niño aprende mejor cuando siente que el proceso tiene sentido.

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