Los puzles están bien, pero hay un juego mejor para los mayores de 70 años que mejora la memoria a corto plazo

Se puede jugar en familia y, mientras se comparten risas, también se ejercita la memoria

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Recreación de una abuela con sus nietos.

A los 70 años la memoria ya no funciona como antes. Lo que antes se retenía sin esfuerzo (un número, una dirección) ahora se escapa si no lo apuntas. Incluso para algo tan simple como comprar pan y café, conviene llevarlo anotado. No es un drama enorme, pero sí un cambio que se nota en el día a día.

Es molesto y puede llegar a frustrar. Pero no hay una píldora milagrosa que devuelva la agilidad mental de golpe. La solución pasa por otro camino: mantener el cerebro en movimiento. Y, curiosamente, ese ejercicio se esconde en un juego que todos hemos visto, y que más de uno tiene olvidado en algún cajón.

Este es el juego que mantiene activa la memoria a corto plazo después de los 70 años

El juego que todos deberían redescubrir a los 70 años para poner a prueba la memoria a corto plazo es el UNO. Más que un simple pasatiempo, es un auténtico ejercicio mental. Cada partida obliga a recordar las reglas, seguir el orden de las cartas, estar pendiente de lo que hacen los demás y reaccionar en segundos. En la práctica, es un entrenamiento rápido y eficaz para la memoria inmediata y la agilidad mental.

El juego obliga a anticipar movimientos, organizar ideas y tomar decisiones sobre la marcha. Eso mantiene el cerebro en alerta. Además, jugar en compañía añade un plus que no se encuentra en ejercicios solitarios: conversar, bromear, discutir una jugada… todo eso también estimula y refuerza el ánimo.

Y lo mejor es que no requiere preparación, apenas un mazo de cartas y gente dispuesta a pasar un buen rato. Da igual si es en casa, en una reunión familiar o en un centro de día. El resultado es siempre el mismo: risa, conexión y un cerebro que trabaja sin darse cuenta.

Cómo jugar al UNO de forma sencilla a los 70

El objetivo del UNO es ser el primero en quedarse sin cartas. Para conseguirlo, hay que colocar en la pila de descarte una carta que coincida en color, número o símbolo con la que está encima. Si no tienes ninguna que sirva, toca robar del mazo; si la carta que sacas te vale, puedes jugarla al instante, y si no, el turno pasa al siguiente.

La partida arranca repartiendo siete cartas a cada jugador. Una carta se coloca boca arriba para iniciar la pila de descarte y, a partir de ahí, todo fluye por turnos. La clave está en aprovechar cada jugada para acercarte a la victoria y, cuando te quede una sola carta, avisar diciendo «UNO». Si se te olvida y alguien te pilla, tendrás que robar dos cartas como castigo.

El final de la mano llega cuando un jugador se queda sin cartas. Entonces, se cuentan los puntos sumando las cartas que aún tienen los demás, y el resultado se añade al marcador del ganador.

Entre las cartas que más pueden cambiar el rumbo de la partida están las especiales:

Conviene recordar dos cosas: no se pueden «apilar» cartas +2 o +4 para acumular el castigo, y es perfectamente válido ganar una partida usando una carta especial. Si el mazo se queda sin cartas, basta con barajar la pila de descarte y continuar.

Cómo cuidar la memoria después de los 70 años de edad

El cerebro no se apaga con la edad, siempre que se le dé trabajo. Incluso pasados los 80, las neuronas pueden seguir creando nuevas conexiones. Por eso importa tanto mantenerlo activo.

El juego es una vía, pero no la única. Caminar todos los días, leer, escuchar música, aprender algo nuevo o seguir con las aficiones de siempre ayuda a que la mente no se oxide. La alimentación también cuenta: pescado azul, verduras frescas, frutos secos y suficiente agua marcan la diferencia. Y, de vez en cuando, un trozo de chocolate negro también ayuda.

La clave está en no dejar que los días se vuelvan todos iguales, así la memoria no se limita a guardar recuerdos, sino que sigue creando nuevos.

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