A los 65 años, el tiempo libre puede jugar a favor… o en contra. A esa edad llega la jubilación, y con ella, largas horas libres que empiezan a marcar la rutina de muchos. Al principio todo es descanso y desconexión, claro.
Pero a medida que pasan los días y semanas, esa calma se transforma en una sensación de vacío. Porque no tener nada que hacer puede parecer un premio, pero en realidad es una trampa. El riesgo está en el sedentarismo, aislamiento, y un deterioro silencioso que se va sintiendo cada vez más.
Frente a esta realidad, una de las decisiones más inteligentes es apostar por un buen pasatiempo. No se trata de matar el tiempo, sino de actividades que aportan algo real: que estimulan la memoria y despiertan la creatividad. Entre todas las opciones, hay una que destaca, este es un juego con siglos de historia que ha demostrado ser una herramienta efectiva para entrenar la mente.
Este es el pasatiempo que mejora la creatividad y la agilidad mental en mayores de 65
Este pasatiempo viene de China, es antiguo, parece muy sencillo, pero es profundamente estimulante: el Tangram.
Consiste en formar figuras usando siete piezas geométricas: cinco triángulos, un cuadrado y un romboide. El reto es utilizar todas las piezas, sin superponerlas y sólo tocándolas por los lados. Desde animales hasta objetos o formas humanas, todo puede construirse con este pequeño rompecabezas.
El juego permite avanzar paso a paso: desde copiar figuras hasta reproducirlas de memoria o crear composiciones propias. Funciona con la lógica más básica, pero activa procesos mentales complejos.
Beneficios del Tangram a los 65 años
Cada partida con el Tangram empuja a trabajar áreas clave del cerebro sin recurrir a pantallas ni instrucciones complicadas. Mejora la percepción visual al identificar figuras, y fortalece la memoria espacial al memorizar patrones para reproducirlos sin apoyo visual. Al mismo tiempo, obliga a coordinar movimientos con la vista, estimulando la coordinación viso-motora.
Manipular las piezas requiere precisión y lógica, lo que refuerza la motricidad fina, una capacidad que suele verse afectada con la edad. A medida que se dominan las formas básicas, el juego invita a imaginar nuevas composiciones, lo cual despierta la creatividad de forma natural.
También se observa un aumento en la concentración y la atención sostenida. Resolver cada figura exige foco, lo que contribuye a mantener la mente centrada y activa. Por otro lado, la necesidad de encontrar soluciones para cada desafío estimula la resolución de problemas y fomenta la flexibilidad cognitiva.
El Tangram no sólo activa el pensamiento abstracto, sino que desarrolla también la inteligencia espacial y refuerza la lógica. Es decir, no es simplemente un juego, sino que es una rutina mental que entrena el cerebro de manera integral y accesible.
No hace falta tecnología ni instrucciones complejas para mantener la mente despierta. Basta con unas piezas bien diseñadas y un poco de curiosidad.
A los 65 años, encontrar actividades que alimenten la mente es una necesidad, y este pequeño rompecabezas chino es una opción que destaca por su eficacia.