Si cambias estos 7 hábitos en tu comunicación laboral lograrás ser una persona más asertiva y con más confianza

La comunicación laboral es un aspecto clave para construir relaciones más saludables en el entorno profesional

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Personas en un entorno laboral

El entorno laboral está lleno de retos que exigen no solo conocimientos técnicos, sino también habilidades interpersonales para resolver conflictos y expresar nuestras ideas de manera efectiva. Una comunicación laboral clara y equilibrada no solo mejora la dinámica con los compañeros y superiores, sino que también influye en nuestra confianza y bienestar general.

En muchas ocasiones, la inseguridad o el temor a expresar nuestros pensamientos de manera directa nos lleva a adoptar actitudes que complican la interacción en el trabajo.

7 hábitos para implementar en la comunicación laboral que te harán ser más asertivo

Cambiar ciertos hábitos en la comunicación puede ser la clave para desarrollar una mayor asertividad y generar relaciones laborales más positivas. A continuación, te presentamos 7 hábitos que puedes implementar para lograr a ese objetivo:

1. Reconoce tu valor y el de los demás

La comparación constante en el entorno laboral puede generar inseguridad o, incluso, actitudes defensivas. En lugar de medirnos con los demás, es importante reconocer que cada persona tiene fortalezas únicas que enriquecen el trabajo en equipo.

Aceptar las diferencias entre los compañeros y valorar las habilidades individuales permite construir un entorno más colaborativo. Este enfoque no solo favorece una comunicación más abierta, sino que también refuerza la autoestima personal. En el momento en que se entiende el valor propio y el ajeno, resulta más sencillo expresar ideas sin temor al rechazo y escuchar las opiniones de los demás sin sentirse amenazado.

2. Define tus límites y prioridades

La asertividad en la comunicación laboral no consiste en decir «no» a todo, sino en identificar cuándo y por qué es importante hacerlo. Conocer nuestros límites y objetivos permite defender nuestras posiciones de manera clara y respetuosa.

Reflexionar sobre qué es esencial para nosotros, así como reconocer las razones por las que algo nos incomoda o no deseamos hacerlo, es un primer paso. Esta claridad interna facilita el establecer límites sin generar conflictos innecesarios y permite un equilibrio entre nuestras necesidades y las demandas del entorno.

3. Practica la escucha activa

Una buena comunicación laboral no solo depende de cómo expresamos nuestras ideas, sino también de cómo escuchamos a los demás. La escucha activa implica prestar atención tanto al mensaje verbal como a las señales no verbales y emocionales que acompañan a las palabras.

Evitar interrumpir, permitir que la otra persona termine de hablar y demostrar que se ha entendido su punto de vista son aspectos esenciales para fomentar un diálogo constructivo. Una vez que la otra parte sienta que ha sido escuchada, el intercambio de opiniones se vuelve más fluido y efectivo.

4. Evita rodeos: sé claro y directo

Expresarse de manera clara y directa es fundamental para evitar malentendidos en el ámbito laboral. Esto no significa ser agresivo, sino comunicar nuestras ideas con precisión. Utilizar frases en primera persona y enfocarse en nuestro punto de vista ayuda a evitar juicios hacia los demás y fomenta un ambiente de respeto mutuo.

Dar muchas vueltas al asunto o minimizar nuestra opinión puede generar confusión o dar la impresión de falta de confianza. Por ello, es preferible ir al grano y asegurarnos de que el mensaje sea comprensible para todos.

5. No minimices tu perspectiva

Comenzar una frase con expresiones como «quizá me equivoque, pero…» o «esto puede ser una tontería…» resta credibilidad a nuestras ideas. Es importante confiar en que nuestra opinión es válida y merecedora de ser escuchada.

El puesto que ocupamos en el trabajo no es casualidad, y nuestras contribuciones son necesarias. Mostrar seguridad al hablar permite que los demás tomen nuestras ideas con seriedad y refuerza nuestra confianza interna.

6. Aprende a gestionar la ansiedad

Los nervios o la ansiedad pueden ser un obstáculo importante para una comunicación laboral efectiva. En situaciones de tensión, dominar técnicas de relajación como la respiración diafragmática puede marcar una gran diferencia.

Practicar ejercicios de respiración y meditación de manera regular no solo ayuda a reducir la ansiedad en el momento, sino que también mejora la capacidad de mantener la calma en circunstancias difíciles. Esto resulta especialmente útil al defender ideas o gestionar conflictos.

7. Encuentra el equilibrio entre derechos y opiniones

Ser asertivo no significa imponer siempre nuestras ideas. La comunicación laboral implica un constante equilibrio entre expresar nuestros derechos y reconocer los de los demás. Escuchar y comprender diferentes perspectivas es esencial para alcanzar acuerdos que beneficien al equipo.

No se trata de ganar o perder, sino de llegar a soluciones que consideren las necesidades de todas las partes. Este enfoque equitativo fomenta un ambiente de trabajo más respetuoso y colaborativo.

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