Ni música ni lectura: el ‘hobby’ que los expertos recomiendan a los mayores de 65 para mejorar la autoestima

Esta actividad puede transformar por completo la forma en que una persona mayor se ve a sí misma

Hombre, sonrisa, autoestima

Hombre sonriente.

Con el paso del tiempo llegan muchos cambios. La jubilación no es sólo una época de descanso, sino que deja un hueco muchas veces difícil de llenar. Los amigos ya no están tan cerca, hay seres queridos que se quedan en las fotografías, y a eso se suma el sentimiento de no tener el mismo espacio en la sociedad, como si todo pasara en cámara lenta.

Por todo eso (y mucho más que no siempre se dice en voz alta), la tristeza y la ansiedad pueden llegar a aparecer. Y cuando eso pasa, dejarlo al azar no es opción. La realidad es que hay que tomar las riendas, buscar algo que no sólo distraiga, sino que devuelva esa sensación de ser parte viva del mundo. En ese camino aparece un hobby que, aunque muy pocas personas consideran, está dando resultados brillantes para los adultos mayores: el voluntariado.

Este es el hobby que recomiendan los expertos a mayores de 65 años para mejorar la autoestima

El pasatiempo es, ni más ni menos, ayudar. Y sí, puede sonar extraño, pues se supone que debería ser al revés: que recibieran ayuda las personas mayores que van pasando por un momento difícil.

Sin embargo, lo que ocurre es mucho más interesante. El voluntariado, lejos de ser una actividad pesada o desgastante, se ha convertido en una fuente de autoestima, vitalidad y alegría para los mayores de 65.

Por ejemplo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha destacado en su informe sobre envejecimiento y salud la importancia de la participación social para un envejecimiento saludable.

Y es que colaborar en causas sociales permite a las personas mayores reconectar con su utilidad, reafirmar su identidad y, de paso, ampliar su red social. Es una forma de permanecer activos dentro de un proyecto, una comunidad y un propósito con verdadero valor.

¿Cómo el voluntariado reactiva cuerpo, mente y autoestima?

Lo más curioso es que el voluntariado no sólo regala bienestar emocional, sino que también mueve el cuerpo, oxigena la mente y renueva constantemente el alma. Además, derriba ese estereotipo que presenta a las personas mayores como meros receptores de cuidados, porque ellos también pueden estar activos, vivir y ser útiles. Eso es crucial.

Ayudar en eventos, colaborar en actividades comunitarias, trabajar con niños o acompañar a otros mayores no sólo llena el corazón, sino que también exige movimiento, acción, conversaciones nuevas. Y eso (aunque a veces no se diga tanto) mantiene el cuerpo ágil y la mente despierta.

Asimismo, compartir tiempo con otros, volver a formar parte de un equipo o simplemente tener una cita semanal en la agenda para un voluntariado ayuda a combatir la soledad, ese enemigo silencioso que a veces se instala.

Por otro lado, cada experiencia de voluntariado abre puertas a aprendizajes inesperados que antes nunca habían llamado la atención de manera fortuita. Es un ganar y ganar. Y definitivamente, cuando uno siente que todavía tiene algo que aportar, mejora el ánimo, aumenta la energía y sube la autoestima.

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