Contenido
- 0.1 El significado de no querer teñirse las canas, según la psicología
- 0.2 Ni crucigramas ni leer: el pasatiempo que la Fundación Maragall recomienda a los mayores de 60 para mejorar la memoria
- 0.3 Ni tele ni música: el ‘hobby’ recomendado para jubilados de más de 60 años que mejora la habilidad motora
- 1 El mejor hábito diario para mejorar la memoria a partir de los 65 años, según los expertos
- 2 Otros beneficios de las siestas breves en personas de la tercera edad
Cuando nos hacemos mayores, los achaques se van apoderando del cuerpo y nuestro cerebro, que tantos años lleva funcionando, empieza a olvidarse de las cosas. Pero hay un hábito diario que recomiendan los expertos para mejorar la memoria pasados los 65 años: dormir una siesta de unos 15 o 20 minutos.
Nadie puede enseñar a los españoles qué es dormir una siesta después de comer. No obstante, diversos estudios han demostrado cuál es la forma perfecta de hacerlo para obtener todos los beneficios.
Dormir una siesta de 15 o 20 minutos puede activar la mente y mejorar la memoria, pero ojo, los hábitos incorrectos relacionados con las siestas pueden acabar resultando contraproducentes.
El mejor hábito diario para mejorar la memoria a partir de los 65 años, según los expertos
Hay muchas formas de cuidar nuestra salud una vez que alcanzamos la tercera edad. Nuestro metabolismo o nuestro corazón comienzan a comportarse de forma distinta, y hay algún hábito diario que nos ayuda a contrarrestar estos achaques.
Pero lo más desesperante cuando alcanzamos los 65 años es la pérdida de memoria: llegan los despistes, se nos olvidan algunas palabras, incluso tenemos lapsus en los que nos cuesta recordar el nombre de algún ser querido.
Es difícil detener el deterioro del cerebro conforme la edad va aumentando, pero sí que podemos aplicar ciertos hábitos sencillos que nos ayuden a despejar la mente y gestionar mejor nuestra energía durante el día.
Por ejemplo, un estudio en la revista científica General Psychiatry examinó a 2.214 personas sanas de más de 60 años, de las cuales 1.534 dormían la siesta como hábito diario y 680 no lo hacían con asiduidad.
Los resultados de la investigación fueron contundentes: dormir siestas de 15 o 20 minutos ayuda a mejorar la lucidez, mantener la fluidez del habla o incluso potenciar la orientación y la percepción espacial.
Es importante recordar que las siestas no son un sustitutivo del sueño nocturno, y por eso no se recomienda dormir siestas de más de 30 o 40 minutos. Sin embargo, una cabezadita de 15 o 20 minutos puede traer muchos otros beneficios además de los ya mencionados.
Otros beneficios de las siestas breves en personas de la tercera edad
Las siestas ayuda a mejorar la concentración y aumentar la productividad en personas de más de 65 años. Esto puede ser muy útil para desarrollar aficiones o hobbies que llevar a cabo por las tardes.
Aunque no se ha demostrado que las siestas prevengan enfermedades cognitivas como la demencia en personas mayores, sí que disminuyen el riesgo de sufrir accidentes cerebrovasculares y problemas cardíacos.
También existe un factor que se deja más de lado pero que resulta igual o más importante que otros beneficios relacionados con la salud: el estado de ánimo.
Para las personas de la tercera edad, ya jubiladas y sin mucha actividad a lo largo del día, el paso de las horas puede hacerse eterno, y este problema se ve agudizado por esa gran lacra social que es la soledad.
Algo tan sencillo como una buena gestión de nuestra energía y nuestra actividad física y mental puede convertirse en fundamental para personas que superan los 65 años.