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En los últimos años, han surgido términos para dar a conocer relaciones tóxicas. El gaslighting ha adquirido gran relevancia en el ámbito de la psicología y las relaciones humanas, en especial para comprobar si alguien te está manipulando. Aunque no siempre es fácil de identificar, puede causar efectos devastadores en quienes la sufren. A menudo, esta técnica se presenta de forma sutil, disfrazada de preocupación o amor, pero su objetivo es claro: hacer que la víctima dude de su percepción, memoria o cordura. Esta estrategia no solo se da en relaciones de pareja, sino también en contextos laborales, familiares e incluso sociales.
La palabra gaslighting proviene de la obra de teatro británica Gas Light (1938), adaptada posteriormente al cine, donde un hombre manipulaba a su esposa para que creyera que estaba perdiendo la razón. Aunque el término tiene origen teatral, su aplicación en la vida real es mucho más común de lo que se cree. Según varios estudios psicológicos, este tipo de manipulación emocional puede afectar profundamente la autoestima y el equilibrio mental de la víctima. Reconocer las señales del gaslighting es clave para prevenir relaciones tóxicas y recuperar el control personal. Pero, ¿en qué consiste exactamente esta técnica y por qué es tan peligrosa? De forma general consiste en hacer que la víctima cuestione su propia realidad. El manipulador puede usar frases como “estás exagerando”, “eso nunca pasó” o “te lo estás inventando” para invalidar la experiencia del otro.
Cómo saber que alguien te está manipulando
Esta técnica suele desarrollarse de forma progresiva: comienza con pequeños comentarios o actos que pueden parecer inofensivos, pero que con el tiempo generan una gran confusión y dependencia emocional en la persona afectada.
A diferencia de otras formas de maltrato psicológico, el gaslighting puede pasar desapercibido durante años. La persona que lo sufre tiende a justificar el comportamiento del agresor y a asumir la culpa de las situaciones conflictivas. Según la Asociación Americana de Psicología (APA), este patrón es especialmente dañino porque erosiona la capacidad de la víctima para confiar en sus propias emociones y pensamientos. Esta inseguridad facilita que el manipulador ejerza un mayor control y poder.
Señales para identificar el gaslighting
Algunas señales comunes de que se está siendo víctima de gaslighting incluyen sentirse constantemente confundido, pedir disculpas excesivas, dudar de uno mismo y tener la sensación de que “nada es suficiente”. La víctima puede comenzar a aislarse socialmente, ya que el manipulador suele desacreditar a sus amigos o familiares, haciéndole creer que son una mala influencia o que están en su contra.
Además, es frecuente que el agresor niegue hechos evidentes o manipule la narrativa de lo ocurrido, generando una disonancia cognitiva en la víctima. En los casos más extremos, el gaslighting puede derivar en depresión, ansiedad, trastornos del sueño e incluso síntomas físicos derivados del estrés prolongado.
¿Quiénes utilizan esta técnica de manipulación?
El gaslighting puede ser utilizado por cualquier persona que busque ejercer control sobre otra, independientemente de su sexo, edad o contexto. No obstante, es más común en relaciones donde hay un desequilibrio de poder. En las parejas, por ejemplo, suele aplicarse de forma gradual para mantener a la otra persona en un estado de dependencia emocional y sumisión.
También puede darse en entornos laborales, cuando un jefe o compañero de trabajo menosprecia constantemente a otro, pone en duda sus capacidades o le atribuye errores que no ha cometido. En estos casos, el objetivo suele ser debilitar la autoestima del otro para mantenerlo en una posición subordinada. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el abuso emocional en el ámbito laboral es una forma de violencia psicológica que debe ser visibilizada y denunciada.
Consecuencias psicológicas de esta técnica
Las víctimas de gaslighting suelen desarrollar una imagen distorsionada de sí mismas. Pierden la confianza en su intuición, temen tomar decisiones por su cuenta y viven con la constante necesidad de aprobación del manipulador. Esto puede derivar en relaciones altamente dependientes y en un deterioro significativo de la salud mental.
La Agencia Europea para los Derechos Fundamentales (FRA) ha señalado que el abuso emocional tiene consecuencias tan graves como el abuso físico, especialmente cuando se prolonga en el tiempo. La invisibilidad de este tipo de manipulación hace que muchas personas no sean conscientes de lo que están sufriendo hasta que los efectos se hacen evidentes y difíciles de revertir.
Cómo actuar si crees que estás siendo víctima y te están manipulando
El primer paso es reconocer que algo no está bien. Si te sientes confundido constantemente, si dudas de tus recuerdos o si te sientes culpable sin razón aparente, puede que estés sufriendo gaslighting. Hablar con alguien de confianza, buscar apoyo psicológico y documentar los episodios de manipulación puede ayudarte a tomar conciencia y recuperar tu bienestar.