Alba Cardalda, neuropsicóloga: «Nos estamos haciendo cada vez menos tolerantes y no sabemos afrontar conflictos»

Las personas se acostumbran a evitar el conflicto para no incomodar, aunque eso les pase factura a largo plazo

Alba Cardalda, psicóloga, psicología

Alba Cardalda.

Ir a un lugar, encontrar a alguien, intercambiar ideas… y que, por pensar diferente, eso ya sea motivo de fricción. Una situación que, por desgracia, se repite demasiado hoy en día. Cada vez hay menos espacio para las diferencias, menos margen para el conflicto, menos paciencia para escuchar.

La psicóloga y neuropsicóloga Alba Cardalda ha señalado que estamos perdiendo la capacidad de sostener una conversación con alguien que piensa distinto. Y eso, en cualquier relación, es un problema serio. Conocida en TikTok como @albacardalda.psicologa, acumula casi 350.000 seguidores y se ha convertido en una de las voces más activas en redes sobre salud mental y relaciones humanas.

En una entrevista reciente en el podcast El Sentido De La Birra, advirtió: «Nos estamos haciendo cada vez menos tolerantes a las diferencias, cada vez nos cuesta más afrontar un conflicto, un debate, un intercambio de ideas».

Esta psicóloga lo tiene claro: cada vez somos menos tolerantes

Cardalda habla desde la experiencia. Se formó en Psicología Clínica, Neuropsicología y Terapia Breve, pero su mayor aprendizaje no vino en una consulta ni en un aula. Tras varios años ejerciendo, dejó su trabajo, preparó una mochila y se fue sola a recorrer el mundo. Lo que iba a ser un viaje de un par de meses acabó durando casi dos años. Según ella, fue entonces cuando más comprendió la mente humana.

Hoy aborda el conflicto con un enfoque directo. Desde la psicología conductista, explica que evitar una discusión puede aliviar el malestar inmediato, pero esa evitación sólo refuerza el problema. Se convierte en una huida constante que deteriora la relación. «Cuando una persona cede todo el tiempo y le da la razón al otro, eso no se sostiene. No es sano», afirma.

¿Por qué evitamos el conflicto?

No siempre evitamos el conflicto por comodidad. A veces es el miedo lo que paraliza. Miedo a decir algo inapropiado, a no saber argumentar, a quedar como agresivo o vulnerable. También influyen experiencias negativas anteriores o la sensación de inferioridad frente al otro. En todos estos casos, lo más fácil es callar. Pero eso sólo posterga el problema.

Cardalda insiste en que saber gestionar el desacuerdo es clave. No para imponer un punto de vista, sino para mantener el vínculo sin renunciar a uno mismo. «Las diferencias tienen que existir. Si no, es que uno está desapareciendo para darle siempre la razón al otro. Y eso tampoco es una relación», declara.

La sociedad está cada vez más centrada en el «yo»

A este rechazo del conflicto se le suma un contexto social que alimenta el individualismo. Vivimos rodeados de estímulos que colocan al yo en el centro: redes sociales que premian la autoimagen, una cultura que prioriza el éxito personal, y una idea constante de que ceder es perder. En ese escenario, cualquier confrontación se vive como una amenaza.

Esa actitud erosiona la empatía y dificulta la construcción de vínculos reales. Si la otra persona no piensa igual, se le margina. Si plantea una crítica, se percibe como un ataque. Poco a poco, el diálogo desaparece y sólo queda la confirmación de nuestras propias ideas.

Escuchamos para contestar, no para entender. Y eso tiene consecuencias. Porque los conflictos no desaparecen por evitarlos, solo se hacen más profundos. Y sin diferencias no hay relación que aguante realmente.

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