Si quieres vivir mucho tiempo siendo joven esto es lo que tienes que comer: la vitamina de la longevidad

Cada vez son más las personas que modifican sus hábitos con el fin de extender su vida, y mejorar la calidad de la misma. Ante la presión de los mandatos sociales de siempre verse joven y radiante, cada vez son más los que se suman a hacer dietas estrictas y rutinas de ejercicios exigentes, sin tener en cuenta las posibles consecuencias que esto puede traer. Es por ello fundamental que, si realmente se busca un cambio para sostener en el tiempo, e incorporar como un hábito de vida, se debe recibir el asesoramiento profesional necesario para ello, como por ejemplo el de una nutricionista que tras un chequeo completo, pueda determinar los pasos a seguir para incorporar la vitamina de la longevidad y minerales necesarios para una nutrición adecuada.

En consonancia con ello, una de las vitaminas más importantes, y que puede estar en déficit al paso del tiempo, es la vitamina D,  fundamental para el funcionamiento del sistema inmunológico, y el fortalecimiento del óseo, ya que ayuda en la prevención del deterioro de la musculatura con el paso de los años. Se trata de una vitamina que se puede adquirir con tan sólo exponerse al sol, con protector, por unos minutos al día. Sin embargo, si esto no se puede llevar a cabo, existen otras maneras de incorporar esta vitamina de otras formas, como por ejemplo, con determinados alimentos o suplementos que puedan sumarse a la rutina diaria para llegar a los niveles indicados de esta vitamina tan fundamental.

¿Qué funciones cumple la vitamina de la longevidad?

La vitamina D es una de las más importantes en el cuerpo humano, ya que es primordial para la absorción del calcio y el fósforo en los intestinos, con el objetivo de formar dientes y huesos más saludables. Además, su deficiencia puede producir enfermedades complejas como la osteoporosis en adultos, o el raquitismo en niños.

Además, es necesaria para el fortalecimiento del sistema inmune, ya que aumenta las defensas contra enfermedades e infecciones; y también es esencial para la regulación del crecimiento y la diferenciación de las células, cumpliendo un rol importante para la prevención de enfermedades.

Determinados estudios médicos sostienen que es una de las tantas vitaminas que regula la presión arterial, previniendo afecciones cardiovasculares; y tiene propiedades antiinflamatorias, ideal para el tratamiento de enfermedades inflamatorias crónicas.

Finalmente, su función más reconocida es la prevención del deterioro muscular, ya que cuando hay deficiencia de la misma puede traducirse en debilidad muscular y un mayor riesgo de caídas, sobre todo en personas adultas mayores, que pueden sufrir lesiones grandes.

Al respecto, el estudio Deficiencia de vitamina D en España. ¿Realidad o mito? reveló: «observamos que en España como en el resto del mundo la insuficiencia de vitamina D o incluso franca deficiencia se encuentra ya en niños o en jóvenes, y persiste en adultos, en mujeres postmenopáusicas (osteoporóticas o no) y en ancianos que viven en sus casas, y que en éstos es mayor si viven en residencias, con una variación estacional que apenas llega a normalizarse después del verano-otoño».

Incorporación de la vitamina D en la nutrición

Además de la exposición al sol, otra forma de incorporar esta vitamina en estado puro es a través de determinados alimentos como por ejemplo los pescados grasos, entre los que se encuentran el atún, el salmón, las sardinas, y la caballa; o por medio del hígado de res, o el aceite de hígado de bacalao, que son suplementos naturales de esta vitamina fundamental.

A su vez, se puede adquirir a través del consumo de aguacate, yema de huevo, de hongos, y determinados productos fortificados como la leche, los cereales y determinados zumos.

Cabe destacar que la ciencia ha avanzado en el desarrollo de suplementos de origen animal y vegetal, la vitamina D3 (colecalciferol) y vitamina D2 (ergocalciferol), respectivamente, que pueden servir para elevar los niveles en el organismo de esta vitamina.

¿Cuánta vitamina de la longevidad necesitamos?

Esta respuesta variará según las personas: su calidad de vida, su ubicación geográfica, su edad, el tipo de dieta que se lleva adelante, que son sólo algunos de los principales factores que afectan a la producción y absorción de esta vitamina.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que la edad es uno de los factores a los que prestar más atención, ya que al paso de los años, la absorción de la misma puede verse afectada.

En condiciones normales, una persona adquiere la vitamina D suficiente con tan sólo exponerse al sol de manera diaria entre 8 y 15 minutos, para lograr los niveles necesarios para el funcionamiento del cuerpo humano; de lo contrario, puede consultar al médico para determinar cuál es la mejor forma de suplir esta deficiencia.

Por su parte, la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la alimentación sostienen que «los síntomas que pueden atribuirse a una posible deficiencia de esta vitamina son: cansancio, irritación, mal humor o sensación de tristeza, sudoración frecuente por la cabeza», por lo que es fundamental corroborar los niveles de vitamina D «mediante analíticas sanguíneas en las que se pida específicamente esta vitamina, y en caso de que los niveles se encuentren por debajo del límite mínimo, probablemente nuestro médico nos recomendará la suplementación».

¿Por qué necesitamos vitamina D?

Las vitaminas son sustancias que su cuerpo necesita para crecer y desarrollarse normalmente. La vitamina D es importante para su cuerpo porque, según Medline Plus:

¿Qué personas tienen más dificultades para obtener suficiente vitamina D?

El National Institute of Health expone lo siguiente:

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