El motivo por el que 34 años después la dieta Montignac sigue teniendo adeptos

El motivo por el que 34 años después la dieta Montignac sigue teniendo adeptos

Si buscas dietas para hacer, probablemente te preguntes cuál es el motivo por el que 34 años después la dieta Montignac sigue teniendo adeptos. ¿Cuáles son los secretos de este plan y cómo puede ayudarte a bajar esos kilos de más?

Repasamos las claves de una de las dietas más antiguas que existen. Es apta para el público en general, independientemente de cuál sea su objetivo.

Origen de la dieta Montignac

Se trata de un programa de adelgazamiento que apareció en escena a finales de los años 80, lanzado por Michel Montignac y presentado como una dieta única en su tipo porque se centraba en el bajo índice glucémico de los alimentos.

Propone una alimentación baja en azúcares, basada en las propias experiencias que tuvo Montignac al intentar bajar de peso. Este especialista concluyó que lo más importante para adelgazar era controlar sus niveles de azúcar en la sangre.

Este experto francés, que había tenido problemas graves de sobrepeso y niveles elevados de glucosa en sangre, estaba decepcionado por los malos resultados obtenidos con las dietas existentes hasta ese momento.

Había probado varias de ellas, supuestamente con ventajas y promesas, pero ninguna había podido ofrecerle solución y alcanzar su peso ideal. Al comprobar como no había una dieta perfecta para adelgazar, decidió crear la que lleva su nombre.

La filosofía de Montignac se basada en que perder peso no se trataba de contar calorías o privarse de alimentos, algo común en los regímenes alimenticios actuales, sino de seleccionar los alimentos correctos.

Afirmaba que aquellos con un índice glucémico alto podían causar picos en los niveles de azúcar en la sangre, contribuyendo al aumento de peso y otros problemas de salud. Creía que si las personas evitaban esos picos glucémicos, conseguirían bajar de peso.

Fundamentos de la dieta Montignac

A pesar de que Montignac era un hombre de negocios, también tenía un gran interés por la nutrición y la salud. Pasó años investigando los efectos de diversos alimentos en el cuerpo y desarrolló sus propias teorías sobre lo que constituía una dieta saludable. En comparación con la pirámide alimenticia tradicional, que sitúa a los carbohidratos en la base de la dieta, consideró que la base de la pirámide alimenticia debían ser las proteínas tanto de origen animal como vegetal.

El concepto de índice glucémico, definido por la Clínica Mayo como «el potencial para elevar la glucosa en la sangre» de los alimentos, es el principal factor que debemos evaluar al seleccionar alimentos.

Los alimentos con un índice glucémico bajo se digieren más lentamente, lo que lleva a una liberación más gradual de la glucosa.

En su opinión, así no sólo podemos perder peso sino que además prevenimos la diabetes, las enfermedades cardíacas y otras patologías crónicas.

Otro fundamento de la dieta Montignac es la separación de los carbohidratos y las grasas. Montignac sostenía que consumir carbohidratos y grasas en la misma comida podría generar un aumento de peso, ya que el cuerpo no sería capaz de procesar eficientemente ambos macronutrientes al mismo tiempo.

En cambio, recomendaba consumir carbohidratos y proteínas juntos, o grasas y proteínas juntas, lo que facilitaba la asimilación de esos nutrientes por parte del cuerpo.

El propósito es que el organismo procese los alimentos con mayor eficiencia y los convierta en energía, en vez de acabar almacenándolos como grasa.

El papel destacado de la fibra en la dieta Montignac

La fibra es un nutriente que no puede faltar en ninguna dieta, el cual se encarga de regular los procesos digestivos favoreciendo la absorción de vitaminas, minerales, etc. Para Montignac la fibra tenía una relevancia máxima, ya que ralentiza la absorción de glucosa en el torrente sanguíneo.

A su vez, esto permite controlar exitosamente los niveles de azúcar en la sangre. Si comes suficiente fibra no querrás entonces comer alimentos con azúcares, saciantes sólo a corto plazo.

Entre los alimentos que se aconsejan para garantizar la cantidad mínima de fibra aconsejada están las legumbres, las verduras, las frutas y los cereales integrales.

Asimismo, todos estos son alimentos ricos en vitaminas, minerales y antioxidantes. Los beneficios de darles protagonismo en nuestra dieta son múltiples.

Alimentos prohibidos en la dieta Montignac

Si bien ninguno de ellos debe ser eliminado completamente, lo mejor es no consumirlos más que pocas veces al mes. Reduce tu ingesta de azúcar sola o como añadido, panes blancos o refinados, pasta y arroz blanco, dulces y postres, refrescos y otras bebidas azucaradas, y carnes grasas y carnes procesadas.

Si te ha interesado este régimen alimenticio, puedes visitar el sitio web oficial de la dieta Montignac donde encontrarás más información útil.

Viendo todos estos beneficios no es de extrañar que esta dieta siga teniendo sus adeptos tras más de 30 años después. Especialmente con el estilo de vida actual en el que es necesario controlar la ingesta de determinados alimentos nada buenos para nuestra salud.

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