La razón por la que jamás vas a adelgazar: lo dice una nutricionista experta

Las dietas milagrosas al descubierto: el gran engaño que pone en riesgo tu cuerpo y tu metabolismo

Bajar de peso puede ser un proceso complicado, incluso cuando parece que haces todo lo correcto. Si has intentado distintas dietas, ejercicios y cambios de hábitos sin obtener resultados, es posible que existan factores subyacentes que estén frenando tu progreso. La regulación de la glucosa, los desequilibrios hormonales y otros factores internos o externos pueden jugar un papel clave. Identificar estas causas y adoptar estrategias adecuadas puede marcar la diferencia en tu camino hacia un peso saludable y adelgazar.

Un estudio de la revista Health Psychology Open expone que, según «la Encuesta sobre Alimentación y Salud”, las tendencias de la última década muestran que el número de personas que hacen dieta para perder peso aumenta constantemente. Adelgazar sigue siendo el principal motivador del cambio de dieta, mientras que otros motivos, como sentirse mejor, tener más energía, proteger la salud a largo plazo o prevenir el aumento de peso, se indican con menos frecuencia. Aunque la necesidad de perder peso es muy común, la mayoría de las personas fracasan cuando intentan hacerlo». Entre las principales causas, se encuentra la desregulación de la glucosa, desequilibrios hormonales y otros factores como sueño insuficiente y malos hábitos alimenticios. Identificar estas causas es crucial para encontrar soluciones personalizadas y efectivas. La regulación de la glucosa juega un papel fundamental en la pérdida de peso. Descubrimos algunas de las causas más comunes por las que no puedes adelgazar, haciendo énfasis en la regulación de la glucosa y otras posibles razones. Además, te daremos recomendaciones clave para superar estos obstáculos y lograr tus metas de salud y bienestar.

Causas comunes por las que no logras adelgazar

Regulación ineficiente de la glucosa

La glucosa es la principal fuente de energía del cuerpo, pero cuando su regulación es ineficiente, el exceso de azúcar en sangre se convierte en grasa acumulada.

Blanca García-Orea, especialista en nutrición, explica que “al final del día comemos un montón de azúcares, ya sea añadido en productos o azúcar libre, ya sea de un zumo natural que haces tú mismo con tu propia fruta o de un batido…al final todo eso desregula la glucosa y un exceso de insulina en sangre hace que no perdamos peso, no nos deja quemar grasa”.

Asimismo, explica que hay un antojo de dulce constante, por lo que se acude a comer carbohidratos para recuperar energía.

Desequilibrios hormonales

Un estudio de la revista Endocrinología y Obesidad afirma que la obesidad y el sobrepeso asocian una serie de alteraciones endocrinas y metabólicas. La hiper insulinemia y la resistencia a la insulina son las dos alteraciones mejor conocidas.

Otras hormonas como el cortisol (relacionado con el estrés) y la leptina (responsable de la saciedad) pueden influir significativamente en la acumulación de grasa.

Metabolismo lento

Factores como el hipotiroidismo, el envejecimiento o la pérdida de masa muscular pueden ralentizar tu metabolismo, haciendo que quemes menos calorías.

Falta de sueño

Dormir menos de 7-8 horas por noche puede alterar las hormonas del apetito, aumentando el hambre y los antojos.

«Es muy típico que una persona con cierta resistencia a la insulina haya notado alguna vez que luego de desayunar algo dulce, como un zumo de naranja con unas galletas o leche con cereales. De repente te has ido a trabajar y a la hora y media te da bajón, dices otra vez vuelvo a tener hambre, tienes palpitaciones, sudores, necesidad de volver a comer para recuperar energía», cuenta la nutricionista Blanca García-Orea.

Estrés crónico

El estrés constante no solo eleva el cortisol, sino que también puede llevar a patrones de alimentación emocional, dificultando el control de las porciones y las elecciones saludables.

Déficit de nutrientes

Una dieta baja en proteínas, fibras y micronutrientes puede impedir la pérdida de peso al afectar la saciedad y la eficiencia metabólica.

Escasa actividad física

Aunque hagas ejercicio, si no está adaptado a tus necesidades, puede que no sea suficiente para crear un déficit calórico.

Recomendaciones para adelgazar de forma eficaz

Equilibra tu dieta

Prioriza alimentos ricos en fibra, como frutas, verduras y cereales integrales, que ayudan a regular los niveles de glucosa en sangre. Reduce el consumo de carbohidratos.

Optimiza tu actividad física

Combina ejercicios cardiovasculares con entrenamiento de fuerza para aumentar el gasto calórico y desarrollar músculo.

Duerme lo suficiente

Establece una rutina de sueño regular y asegúrate de dormir entre 7 y 9 horas cada noche. Esto ayudará a equilibrar tus hormonas del hambre y del estrés.

Gestiona el estrés

Practica técnicas de relajación como meditación, yoga o respiración profunda para evitar comer por ansiedad.

Evita las dietas extremas

Opta por un plan alimentario que puedas sostener y que incluya todos los grupos de alimentos en porciones adecuadas. Las dietas restrictivas suelen ser difíciles de mantener y pueden ralentizar tu metabolismo.

Consulta a un nutricionista

Un profesional puede diseñar un plan alimenticio adaptado a tus necesidades y objetivos.

Hazte controles médicos

Consulta con un especialista para evaluar posibles problemas hormonales. Tratar estas condiciones puede facilitar la pérdida de peso.

 

 

 

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