Te estás reventando el hígado: el aviso de un experto sobre el alimento que tenemos todos los españoles en casa

Alimento

Te estás reventando el hígado: el aviso de un experto sobre el alimento que tenemos todos los españoles en casa

Los órganos necesitan trabajar de manera eficiente y para eso los hábitos de alimentación cumplen un papel clave en su cuidado. Existen aceites cuyo consumo prolongado genera consecuencias para el hígado y hay opciones que aportan múltiples beneficios al órgano interno que se encarga de ayudar al cuerpo a digerir alimentos, almacenar energía y eliminar toxinas.

Según los Institutos Nacionales de Salud, el hígado es responsable de transformar los alimentos en sustancias químicas y nutrientes que el cuerpo necesita para mantenerse saludable; almacenar los nutrientes de los alimentos consumidos; descomponer medicamentos, drogas y alcohol. Los expertos de esta institución afirman que el hígado es el encargado de eliminar los desechos de la sangre; producir enzimas y bilis que ayudan a digerir los alimentos; y generar las proteínas que necesita el sistema inmune para ayudar al cuerpo a combatir las infecciones. El funcionamiento regular del organismo es esencial para una condición física saludable, prevenir lesiones y enfermedades.

Los aceites que más dañan al hígado

La dietista Julia Zumpano, de la Clínica Cleveland, explica que los aceites de semillas son las variedades que causan mayores consecuencias en el funcionamiento y la respuesta del hígado. Se elaboran mediante un proceso químico que consiste en blanquearlos, refinarlos y calentarlos para que sean utilizables. Sin embargo, este proceso priva a las semillas de sus nutrientes.

La doctora de la Clínica Cleveland detalla que los peores aceites para el hígado son el aceite de canola (colza), de maíz, de algodón, de semilla de uva, de soja, girasol, cártamo, salvado de arroz y cacahuete.

¿Cuáles son los riesgos de consumir aceites de semillas?

La doctora Zumpano advierte que los aceites de semillas tienen altos niveles de grasas omega-6, lo que puede provocar inflamación y se utilizan principalmente para elaborar alimentos procesados ​​y ultra procesados.

A su vez, afirma que están procesados ​​químicamente para mejorar su sabor, color y conservación. Este proceso de refinación altera las propiedades de los aceites y modifica el contenido de vitamina E y fenoles.

«El procesamiento químico de los aceites de semillas incluye limpieza, prensado, blanqueo, desodorización, refinación y, en algunos casos, la adición de hexano, un solvente químico, para la extracción del aceite», dice la especialista de Cleveland.

También advierte que el procesamiento de los aceites priva a las semillas de sus nutrientes y podría añadir ingredientes que pueden ser algo dañinos para nuestro hígado. La mayoría de los aceites de semillas son utilizados para la preparación de alimentos envasados y comidas rápidas que tienen un alto porcentaje de grasa, azúcar y sodio.

Las consecuencias de la inflamación corporal

El ácido linoleico, un tipo de ácido graso omega-6, es poliinsaturado y está presente en los aceites de semillas. Los expertos de los Institutos Nacionales de Salud explican que nuestro organismo necesita pequeñas cantidades de estas grasas poliinsaturadas, que son beneficiosas para el colesterol y ayudan a proteger contra enfermedades cardíacas.

Sin embargo, una dosis elevada de grasas omega-6 aumenta las probabilidades de la inflamación crónica y de padecer afecciones como artritis, cardiopatía, síndrome metabólico y diabetes tipo 2.

Los efectos de estos aceites en el hígado

Un informe de la Universidad de Granada expuso las características de tres grasas como el aceite de oliva virgen, aceite de girasol y aceites de pescado. Los resultados demostraron que el aceite de oliva virgen es el mejor de los tres para la conservación del hígado a lo largo de la vida. La investigación reveló que el aceite de girasol induce fibrosis, alteraciones ultraestructurales, bloqueos de la expresión génica y una alta oxidación.

Por otro lado, aseguran que el aceite de pescado intensifica la oxidación asociada al envejecimiento, reduce la actividad de la cadena de transporte de electrones mitocondrial y altera la longitud relativa de los telómeros, que son los extremos de los cromosomas, cuyo acortamiento puede causar envejecimiento celular y su alargamiento puede causar cáncer.

En relación a las alteraciones causadas por el consumo prolongado de aceites de girasol y pescado, hacen que el hígado sea susceptible a la esteatohepatitis no alcohólica. «Es una enfermedad muy grave que puede actuar como catalizador de otras enfermedades hepáticas como la cirrosis y el cáncer de hígado», afirma José Luis Quiles Morales, profesor de Fisiología de la Universidad de Granada.

¿Cuáles son las alternativas más saludables a los aceites de semillas?

Para la dietista Zumpano resulta más saludable para tu corazón preparar tus comidas caseras con aceites ricos en ácidos grasos omega-3 saludables en lugar de acumular omega-6.

Las opciones que recomienda son aceite de oliva virgen extra (AOVE) para cocinar a fuego lento y aceite de aguacate para cocinar a fuego alto. Las razones de la elección es que ambos aceites contienen más grasas monoinsaturadas.

Además, destaca que no se basan en semillas ni se someten al mismo tipo de procesamiento, por lo que son muy poco refinados e incluso ofrecen muchos beneficios nutricionales.

 

 

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