Todo el mundo sabe que las harinas suelen ser una de las primeras restricciones cuando se comienza un plan de alimentación para el descenso de peso; sin embargo, no todas provocan los mismos efectos en el organismo, ya que, por ejemplo, las integrales, son recomendadas por su alto contenido de fibra. En ese sentido, es importante conocer cuáles son los ingredientes de los panes, que pueden convertirse en aliados o enemigos para nuestra dieta, según con qué estén confeccionados. Los nutricionistas recomiendan un pan de Mercadona por encima de otros. Lo mismo sucede con los añadidos y las cantidades, por lo que también es clave aprender sobre el consumo, cuáles son los panes más sanos y los panes menos sanos.
Si bien la Organización Mundial de la salud recomienda una porción diaria de 250 gramos por día, es fundamental elegir el tipo de pan adecuado, ya que no será lo mismo si consumimos uno u otro. El ministerio de Sanidad español, por su parte, sostiene que no sólo es importante el tamaño de la ración de aquello que comemos a lo largo del día, sino la planificación de la alimentación para así cumplir con la ingesta de variedad de nutrientes y la distribución de las ingestas para reconocer cómo comemos y cuánto, y lograr así modificar el hábito de comer sólo lo que necesitamos para nutrirnos y no demás. Descubre qué tipos de panes existen, cuáles son los más aconsejados y cuáles los menos, y cómo sumar porciones justas a tu día a día, sin romper tu dieta, y mejorando significativamente la ingesta de nutrientes.
El pan de Mercadona que recomiendan los nutricionistas
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La nutricionista Concoco-Nut destaca diversos planes que llevan semillas y otros pero no los considera saludables. Ahora bien hay uno que sí es recomendable es el pan 100% integral sin azúcares ni aditivos que tiene un precio de 1,63 euros. Lo verás por ser pan integral trigo 100%. Así es como lo encuentras en Mercadona.
¿Cuáles son los panes más sanos?
En un plan alimenticio variado y con el objetivo de bajar de peso, la ingesta de pan es compleja, ya que debemos tener en cuenta que sus principales ingredientes son la harina y la sal. Es necesario conocer cuáles son las opciones “menos malas” dentro de este alimento.
Por ejemplo, la avena y el centeno son dos cereales muy completos por la cantidad de propiedades que contienen: la avena ayuda a reducir el colesterol y es buena para la salud del corazón, y por lo general se combina con harina integra, que es fuente de fibra y proteínas; mientras que el centeno posee un índice glucémico bajo, que se traduce en una liberación de energía de manera más lenta, es bajo en grasas y ayuda a controlar los niveles de azúcar en sangre.
Otra variedad de pan más sano es el que está elaborado con harina integral (que contiene trigo y salvado, tal como sostiene la Fundación Española de Nutrición): el mismo es ideal para quienes tienen problemas digestivos, ya que es una alta fuente de fibra; y también cuenta con minerales, vitaminas, y mantiene los niveles de azúcar en sangre estables.
Finalmente, existen dos opciones más de panes que pueden ser potencialmente beneficiosos para la salud de las personas: el de masa madre y el de espelta. El primero se basa, fundamentalmente, en los procesos que tiene la harina con la que decidas elaborar, ya que el proceso de fermentación descompone los almidones y facilita su digestión, lo que también se traduce en bacterias probióticas que pueden ser beneficiosas para el intestino; mientras que el de espelta es un grano con más fibras y proteínas que el trigo moderno, y que es muy sencillo para digerir.
¿Cuál es el pan menos sano?
Si bien es importante subrayar que ningún alimento por sí mismo es malo, sino que está más desaconsejado su consumo para determinadas personas, como por ejemplo quienes hacen dieta o tienen algún tipo de alergia, es fundamental reconocer que determinados ingredientes se pueden evitar y la salud en general lo agradecerá.
Por ejemplo, el pan blanco, que es el que cotidianamente se encuentra en la panadería, y que está confeccionado con harina refinada, es uno de los más perjudiciales para el organismo, ya que se eliminan dos de los componentes con más propiedades de la harina, que son el germen y el salvado, sólo quedando el endospermo.
Por su parte, el pan enriquecido con azúcar, que tienen un sabor más dulce que los otros, no sólo tiene el problema de que está confeccionado con harina blanca, sino que además se le añade azúcar lo que también hace que posea un alto contenido de calorías.
Por parte, los panes de molde comerciales generalmente son los menos aconsejados para quienes están buscando propiedades nutricionales en este tipo de alimentos, porque cuentan con conservantes, emulsionantes y poseen grasas trans o aceites refinados para mejorar la textura.