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- 1 La relación entre dieta y esperanza de vida, según lo que comemos
La alimentación juega un papel fundamental en la salud y bienestar general, influyendo directamente en su esperanza de vida. Los estudios científicos han demostrado que lo que comemos puede aumentar o reducir significativamente el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas, como diabetes, hipertensión, enfermedades cardíacas y ciertos tipos de cáncer. Una dieta equilibrada, rica en nutrientes esenciales, es clave para mantener el cuerpo en óptimas condiciones, fortalecer el sistema inmunológico y mejorar la calidad de vida en el envejecimiento. Así, nuestras elecciones alimentarias pueden determinar lo largo y saludable será nuestro camino a lo largo de los años.
Según el Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA-Chile), comer saludable «significa comer abundantes verduras y frutos diariamente, tomar leche o yogur con poca grasa, preferir el pescado, pavo o pollo a las carnes rojas, comer legumbres y granos enteros y beber mucha agua. Estos alimentos nos permiten estar sanos y vivir mejor, porque aportan una cantidad suficiente de proteínas, grasas esenciales, minerales, vitaminas, antioxidantes y agua. Gracias a ellos, nuestro cuerpo funciona bien y crea los mecanismos para defenderse de las enfermedades». Una dieta saludable no solo previene enfermedades, sino que también favorece un envejecimiento activo y saludable. Debemos controlar lo que comemos y consumir alimentos frescos y nutritivos, como frutas, verduras, granos enteros, proteínas magras y grasas saludables. Todo ello puede ayudar a reducir la inflamación, mejorar la función cognitiva y mantener la masa muscular. ¿Cuáles son aquellos alimentos que comemos y cómo su consumo puede influir en nuestra vida a largo plazo?
La relación entre dieta y esperanza de vida, según lo que comemos
La esperanza de vida depende de una combinación de factores, incluyendo la genética, el entorno, la actividad física y la alimentación. La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que «una dieta saludable ayuda a protegernos de la malnutrición en todas sus formas, así como de las enfermedades no transmisibles, entre ellas la diabetes, las cardiopatías, los accidentes cerebrovasculares y el cáncer».
Frankfurts: un alimento de alto riesgo
Si comemos demasiadas veces salchichas de frankfurt son una opción alimentaria popular, pero su impacto en la salud es negativo. La mayoría de los perritos calientes están hechos de carnes procesadas, que son ricas en grasas saturadas, sodio y conservantes como los nitritos.
Luis Alberto Zamora, especialista en nutrición, afirma que, según estudio de Nature Food «cada perrito nos quita 36 minutos de vida». Estas sustancias han sido asociadas con un mayor riesgo de enfermedades cardíacas, hipertensión y cáncer de colon.
Refrescos sin azúcar: ¿son realmente una opción?
A primera vista, los refrescos sin azúcar pueden parecer una alternativa saludable a las versiones azucaradas, ya que no contienen calorías vacías ni azúcar. Sin embargo, su impacto en la salud no es tan benigno como podría parecer.
Muchos refrescos sin azúcar contienen edulcorantes artificiales, como el aspartame o la sucralosa, que pueden alterar el metabolismo, aumentar el apetito y afectar el equilibrio de las bacterias intestinales.
El experto Zamora afirma que «incluso, aunque sean sin azúcar y light, los refrescos nos quitan 12 minutos de vida». por lo que es mejor no tomarlos.
Hamburguesas: entre el placer y el riesgo de los que comemos
Las hamburguesas, especialmente aquellas de cadenas de comida rápida, son una de las opciones alimenticias, junto a los hot dogs, más populares en todo el mundo. Si bien pueden ser deliciosas, las hamburguesas tienen un alto contenido de grasas saturadas, sodio y calorías.
El consumo frecuente de hamburguesas procesadas ha sido asociado con un mayor riesgo de enfermedades cardíacas, diabetes tipo 2 y obesidad.
Las hamburguesas comerciales, que a menudo están hechas de carne de res procesada, también pueden contener aditivos y conservantes que no son beneficiosos para la salud.
Además, cuando las acompañamos por patatas fritas y refrescos que comúnmente acompañan a estas comidas añaden más calorías vacías, azúcares y grasas poco saludables.
Ahora bien, no todo son malas noticias cuando comemos hamburguesas, están las que preparamos en casa con carne magra, verduras frescas y pan integral, pues pueden ser una opción más saludable si se consumen con moderación.
Las carnes rojas procesadas
Lo sabemos. Cuando comemos carnes rojas procesadas, como el jamón, el tocino y las salchichas, son los alimentos más perjudiciales para la salud a largo plazo. Estas carnes contienen altos niveles de sodio, grasas saturadas y conservantes, como los nitratos, que se han vinculado con un aumento del riesgo de enfermedades crónicas.
«Las diferencias nutricionales entre los alimentos de origen animal son aún más sustanciales, con daños a la salud elevados asociados con alimentos ricos en carne procesada (~6–37 minutos perdidos por porción) y considerables beneficios para la salud derivados de los ácidos grasos omega-3 del marisco (~5–28 minutos ganados por porción dependiendo de la especie)», explica el estudio de Nature Food. Y restamos años de vida, según los expertos.
Otros alimentos que afectan la esperanza de vida
Además de los alimentos mencionados, existen otros que, cuando se consumen en exceso, también pueden tener un impacto negativo en nuestra esperanza de vida:
Comidas fritas
El proceso de freír alimentos en aceites altamente refinados puede generar compuestos tóxicos que afectan la salud cardiovascular. Además, las grasas trans contenidas en las comidas fritas se asocian con un mayor riesgo de enfermedades crónicas. Hablamos de patatas fritas y algunos otros rebozados.
Alimentos procesados
Según la Escuela de Terapias Bienestar, muchos alimentos procesados, como algunas comidas congeladas, las sopas enlatadas y los embutidos, contienen altas cantidades de sodio, conservantes y aditivos que pueden ser perjudiciales para la salud a largo plazo.
Azúcares refinados
El exceso de azúcar en la dieta se ha relacionado con un mayor riesgo de diabetes tipo 2, obesidad y enfermedades cardiovasculares. Los alimentos ricos en azúcares refinados, como los pasteles, dulces y bebidas azucaradas, aunque nos atraen, resulta que, si los comemos, son una de las principales causas de enfermedades metabólicas.
Aquí podemos incluir también aquella bollería industrial, que está a nuestro alcance, suele ser baja de precio, pero nada saludable. De esta forma, hay que moderar su consumo o bien realizar pasteles y dulces de manera casera en casa.