Esto es lo que pasa con el pan cuando lo congelas, según una doctora

Esto es lo que pasa con el pan cuando lo congelas, según una doctora

La alimentación es uno de los hábitos más importantes que debemos ejercer con responsabilidad. Se trata de poder dar a nuestro organismo las vitaminas, minerales y nutrientes esenciales en el desarrollo de las funciones elementales y la prevención de enfermedades. Entre los grupos de alimentos más destacados se encuentran los hidratos de carbono, en donde los panificados resultan una opción frecuente en la mayoría de los hogares. Cada vez más personas congelan el pan para que dure más, ¿pero es una buena opción? ¿Cómo incide en el proceso digestivo?

Según la Fundación Española de Nutrición (FEN), el pan blanco es rico en hidratos de carbono complejos (almidón), de bajo contenido graso (1 g por 100 g) y aporta proteínas procedentes del grano de trigo, vitaminas y minerales. En el caso del trigo, la proteína más representativa es el gluten, que confiere a la harina la característica de poder ser panificable. «Es fuente de minerales como el selenio y el zinc. Teniendo en cuenta su valor nutricional el pan debe constituir una parte destacable en la dieta, tratando de estar presente en prácticamente todas las comidas, desde el desayuno a la cena», sugieren desde FEN. A su vez, advierten que no consumirlo de forma habitual contribuye a desequilibrar de manera importante el perfil calórico de la dieta y aumentaría el porcentaje del total de las calorías proveniente de alimentos ricos en grasas o proteínas. Una opción recomendada por especialistas para sustituir el blanco es integral, una fuente de vitaminas del grupo B (tiamina y niacina) y de elementos minerales (selenio, fósforo, hierro, magnesio y zinc).

¿Por qué podemos congelar el pan?

La doctora Karen Alarcón, gastroenteróloga y endoscopista, desarrolla en su red social Instagram una serie de factores para describir qué pasa si congelamos el pan y de qué manera se beneficia tu organismo al ingerir dicho alimento.

La profesional indica que, si lo congelas y luego sacas una rebanada para calentarla en el sartén o en el tostador, gran parte del carbohidrato del pan va a convertirse en fibra prebiótica.

De esta manera, se beneficia tu microbiota y vas a regular tu glucosa en sangre. “Además, el almidón por efecto del calor se digiere mejor, así que seguramente tendrás menos molestias de distensión abdominal y gases”, afirma Karen Alarcón.

¿Qué ocurre con el pan si lo congelas?

La clínica de Oxford Gowing Life informa que la congelación es la mejor manera de prolongar la vida útil del alimento. A su vez, sus responsables dan a conocer que congelar y luego tostar el pan también puede reducir su índice glucémico (IG), una medida de la rapidez con la que un alimento aumenta el nivel de azúcar en sangre.

Según el trabajo de un grupo de investigadores, descubrieron que, en comparación con comer pan fresco, todos los métodos de tratamiento condujeron a una reducción significativa en la respuesta del azúcar en sangre.

En este sentido, un índice glucémico (IG) más bajo es deseable porque significa que el azúcar en sangre aumenta lentamente y se mantiene bajo durante un período de tiempo más largo. De ese modo, se previene que suba repentinamente en un período de tiempo corto.

Una de las consecuencias de que suceda un incremento rápido de los niveles de azúcar es que el páncreas tiene que liberar una gran cantidad de insulina para mantener el azúcar en sangre bajo control. Esto promueve la resistencia a la insulina y la diabetes tipo II.

Las ventajas de congelar este alimento para su consumo

Uno de los efectos positivos de congelar el pan y luego cocinarlo es que el calor extremo puede descomponer los gránulos de almidón. Así, es más fácil descomponer en glucosa y aumenta la tasa de absorción.

«El congelar y tostar los alimentos que contienen almidón podría hacerlos más saludables al reducir su índice glucémico», destacan los profesionales de la clínica de Oxford.

Además, afirman que cuando se trata de una alimentación saludable, tendemos a centrarnos en lo que comemos más que en cómo lo comemos. En ese sentido, aseguran que existe un potencial inexplorado para mejorar nuestra salud cambiando la forma en que preparamos la comida en casa.

Para los médicos de la institución sanitaria, lo que comemos sigue siendo el factor más importante, y el pan integral suele ser una alternativa más saludable al blanco debido principalmente a su contenido de fibra y su índice glucémico más bajo.

En conclusión, si congelas este alimento tan popular y luego lo calientas para consumirlo, logras mejorar las condiciones químicas que favorecen tu digestión y la absorción de nutrientes que aportan mayor bienestar a tu organismo.

 

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