Muchas veces, una organización en la alimentación requiere de tiempo, y planificación. En ese sentido, poder acudir a realizar la compra con tiempo y de manera tal que en un mismo día puedas resolver todo el mes, es fantástico, sin embargo, debes tener en cuenta que existen determinados alimentos que jamás deberías recalentar. Es por ello que en este artículo te enseñaremos cuáles son los que debes evitar, cuáles son los que sí se pueden recalentar y cómo organizarte de una manera adecuada para tener una alimentación organizada y nutritiva para mejorar tu rendimiento en torno a tu dieta diaria.
Una de las primeras pautas a la hora de organizar una alimentación para que sea variada y nutritiva es que la misma se lleve adelante con un plan que permita organizar a las personas integrantes del hogar y se puedan cocinar por sí mismos, ya sea recalentando o empezando alguna receta desde cero. En ese sentido, es fundamental conocer las precauciones que se deben tener, como por ejemplo conocer qué alimentos se pueden recalentar o cuáles no y evitar inconvenientes a la hora de entonces tomar determinadas comidas. Si bien es bueno optimizar el alimento, y evitar los desperdicios, es importante poder hacerlo de una manera saludable que no ponga en riesgo la salud física de las personas. Cabe destacar que para no desperdiciar ni un gramo de comida, el microondas será tu aliado para poder recalentar fácilmente y sin mayores inconvenientes.
¿Qué alimentos no se deben recalentar jamás?
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Existen varios alimentos que no se deben recalentar bajo ningún concepto: no se trata sólo de una cuestión de gustos, sino de conservación y preservación de los nutrientes de cada uno de esos alimentos.
Espinacas y verduras de hoja verde
Unos de ellos son, por ejemplo, las espinacas y verduras de hoja verde que al recalentarse modifican su estructura química y pueden ser tóxicas para la salud humana.
Huevo
Otro de los alimentos que está desaconsejado su recalentamiento es el huevo, ya que si no son almacenados adecuadamente, o se recalientan, pueden contribuir a la proliferación de salmonella «una enfermedad bacteriana común que afecta el tubo intestinal», según nombra la web Mayoclinic, y que “suele ser producto de la ingesta de carne, carne de aves, huevos o productos a base de huevo crudos o poco cocidos, o de leche no pasteurizada”.
Arroz
Es otro alimento que es mejor no recalentar. El arroz puede tener el patógeno Bacillus cereus, un patógeno que puede producir síntomas gastrointestinales nada buenos y también problemas en el sistema nervioso central.
Patatas
Las patatas son otros de los alimentos que se suele comer de manera cotidiana, y que puede tener algo de riesgo cuando se recalienta, debido a que pueden contaminarse con la bacteria Clostridium botulinum, que es una bacteria que puede causar botulismo, una «enfermedad poco frecuente pero grave” y que contienen «esporas de protección que les ayudan a sobrevivir».
«En ciertas condiciones, tales como alimentos mal conservados o mal enlatados, estas esporas pueden crecer y producen una toxina. Al ingerirla, incluso cantidades pequeñísimas de esta toxina pueden provocar intoxicación grave», sostiene Medlineplus.
Cabe destacar que, la mayoría de las enfermedades pueden producirse a partir de una mala conservación, por lo que también será clave aprender cómo guardar los alimentos para evitar el riesgo por intoxicaciones o proliferación de bacterias.
¿Cómo reutilizar aquellos alimentos que no se deben recalentar?
Tal como se mencionó, hay determinados alimentos que deben evitar volverse a calentar porque podrían causar intoxicación. En ese sentido, es fundamental aprender nuevas recetas que puedan incluirlos sin la necesidad de recalentarse.
Por ejemplo, con el pollo y el huevo, se pueden realizar otro tipo de ensaladas, como la mayonesa de ave, que requiere de otros ingredientes, o bien, utilizarlo para hacer sándwiches que sirvan para un picnic.
Es decir, es importante variar las preparaciones de las comidas para aprovechar al máximo los restos y evitar desperdicios de las mismas. También es importante cuidar que, a la hora de cocinar, se haga una buena cocción, ya que recalentar para terminar de cocinar puede traer riesgos de intoxicaciones.
¿Cómo conservar los alimentos que no se deben recalentar?
Esta respuesta puede ser muy variada, pero la forma más sencilla de hacerlo es en tuppers, que pueden ser de un plástico resistente o de vidrio; y lo más importante es que estén con sus propias tapas, que eso evitará el contacto con el resto de los alimentos o las bacterias o virus que pueda haber en el ambiente.
Otra forma de hacerlo es utilizando papel film, bolsas con cierre ziploc, que no sólo preservan la comida, sino también contribuyen a una menor contaminación. La opción del papel film es la más cuestionada, aunque podría ser una de las más sencillas de obtener por su valor, ya que no suele ser muy caro.
Finalmente, es importante que no dejes alimentos más de dos o tres días en la nevera una vez abiertos, ya que eso también puede afectar la conservación: cuanto antes puedas ingerirlo, mejor.