El consumo de agua debe ser un hábito frecuente y regular para brindarle al cuerpo los beneficios y ventajas de proteger todo el organismo. Junto a la alimentación, el descanso, la actividad física y los controles médicos integran la lista de acciones indispensables para el cuidado, protección y desarrollo de tu cuerpo. En ocasiones, se presenta la dificultad y el obstáculo en el acceso a agua potable en muchas regiones, comunidades y pueblos. Dicha problemática ocasiona riesgos de salud para la población. Ante dicha situación, muchas personas se plantean el interrogante sobre si escoger agua embotellada o del grifo para su consumo personal.
La Universidad de Málaga expone diferentes beneficios del agua para tu salud. Uno de los más destacados es que disminuye el riesgo de sufrir problemas cardíacos. En este sentido, las autoridades advierten que las reducciones agudas del consumo de agua pueden afectar negativamente a la función cardiovascular. «Los efectos adversos cardiovasculares asociados a la hipohidratación leve se observan principalmente en situaciones de ejercicio físico, estrés por calor y uso de diuréticos junto con la restricción de agua». A su vez, el consumo regular de agua reduce el riesgo de cáncer de colon y vejiga. Otro de los aportes es la regulación de la temperatura corporal, ya que, a través de la evaporación del sudor, la temperatura corporal se mantiene y colabora a la lubricación de los músculos y articulaciones para evitar que se produzcan calambres o esguinces. El agua también favorece la hidratación de la piel, lo que ayuda a reponer los tejidos y aumentar la elasticidad. También promueve la digestión y el equilibrio del sistema digestivo, como así también previene dolores de cabeza.
¿Qué sustancias hay en el agua embotellada y en la del grifo?
Según la Sociedad Estadounidense de Química, hay determinadas sustancias como perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS) que se utilizan en productos de consumo e industriales y generan inquietudes sobre su toxicidad. En este sentido, el ácido perfluorooctanoico y el perfluorooctanosulfonato (PFOS) fueron detectados con mayor frecuencia en el agua embotellada a nivel mundial.
Según establece la Sociedad Estadounidense de Química, las altas tasas de detección de PFAS en el agua del grifo como en el agua embotellada ponen de relieve la necesidad de controlar una amplia gama de PFAS.
A su vez, informan que la exposición humana estimada a PFAS a través del agua potable no parece suponer un riesgo grave para la salud humana. Esto se debe a que «la ebullición y la filtración con carbón activado pueden reducir sustancialmente (entre un 50 % y un 90 %) las concentraciones de PFAS en el agua».
El Consejo de Defensa de los Recursos Naturales de Estados Unidos afirma que el gobierno federal no exige que el agua embotellada sea más segura que el agua del grifo. Al respecto, informan que, en la mayoría de las grandes ciudades, el agua del grifo debe desinfectarse, filtrarse para eliminar los patógenos y analizarse para detectar la presencia de virus criptosporidios y giardia. Mientras que, en el agua embotellada, no tiene por qué ser así el procedimiento de control y testeo.
Los análisis y estudios son importantes para garantizar la seguridad de las personas y que el agua se presente en óptimas condiciones. En este sentido, el Consejo de Defensa de los Recursos Naturales plantea que ambos tipos de agua se analizan periódicamente para detectar bacterias y la mayoría de los productos químicos orgánicos sintéticos.
Sin embargo, el agua del grifo de la ciudad suele analizarse con mucha más frecuencia (100 o más veces al mes) mientras que los responsables de las aguas embotelladas analizan la presencia de bacterias coliformes solo una vez por semana.
Agua embotellada o del grifo: ¿qué es preferible?
El equipo del Hospital Universitario de Cleveland destaca que el agua del grifo «está filtrada, desinfectada y, a menudo, contiene flúor añadido para prevenir la caries dental». Por lo tanto, las autoridades deben cumplir con las normas y pautas de higiene y seguridad, lo que convierte al agua del grifo en un recurso bueno, barato y seguro para beber.
Analizando el agua embotellada, el Instituto de Salud Global en Barcelona apunta que su consumo aumentó considerablemente en los últimos años a escala mundial. Sobre las razones, afirman: «La tendencia puede explicarse por factores subjetivos como la percepción del riesgo, el sabor, el olor, la falta de confianza en la calidad del agua del grifo y el marketing por parte de las empresas de agua embotellada».
Antes de saber qué tipo de agua elegir, hay que saber que un escenario en el que toda la población consume agua del grifo produce un menor impacto ambiental en los ecosistemas y los recursos.
La opción en donde la población bebe agua embotellada produciría los mayores impactos, según cifras entre 1.400 y 3.500 veces más altas para la pérdida de especies y el uso de recursos, respectivamente.