¿Aceite de oliva o de girasol? Boticaria García desvela el secreto de cómo hacer un huevo frito

¿Aceite de oliva o de girasol? Boticaria García desvela el secreto de cómo hacer un huevo frito

A estas alturas ya debes saber que emplear un tipo de aceite u otro no es lo mismo, ya que no sólo son distintos a nivel nutricional, sino también en el sabor. A la hora de hacer un huevo frito, la elección de un aceite no es menor en relación a la salud y el sabor de los alimentos. Entre los más utilizados están el aceite de oliva y el de girasol: cada uno cuenta con un perfil nutricional distinto; pero principalmente a altas temperaturas se comportan de manera diferente. Es por ello que hay ciertas cuestiones a tener en cuenta en cada uno para poder determinar con cuál es mejor freír un huevo.

Según la nutricionista Boticaria García, en su red de Instagram, «cocinar con aceite de oliva se considera más saludable” que hacerlo con el de girasol»: al cocinar a altas temperaturas, ambos aceites cambian sus moléculas y las mismas se oxidan, «produciendo peróxidos, aldehídos y cetonas, que dan lugar a compuestos que potencialmente son tóxicos para las células». «Sin embargo, las grasas monoinsaturadas del aceite de oliva son más estables y resisten mejor las altas temperaturas», aclara la nutricionista. Allí reside la principal razón de por qué es mejor el aceite de oliva para hacer un huevo frito, según esta perspectiva; aunque también se trata de un producto muy poco accesible para varias personas, debido a que es muy caro. Entonces, al final debes optar por el aceite que pueda reducir al máximo este tipo de cocción de la comida en los casos que puedas, y la sustituyas, por ejemplo, por una cocción al horno, que es más saludable para tu organismo en general.

¿Cómo freír un huevo: con aceite de oliva o de girasol?

Para poder saber cuál es el mejor aceite a usar a la hora de freír, es importante saber los elementos nutricionales de cada uno, y cuáles son los pros y contras de freír con cada uno de ellos.

Aceite de oliva: propiedades y beneficios de cocinar con él

El aceite de oliva proviene del fruto del olivo, y España es uno de los países productores del mismo, seguido por Grecia, Turquía e Italia. Tiene muchas variantes «que se definen por los siguientes parámetros: proceso de elaboración, grado de acidez (determinado por los ácidos grasos procedentes de la hidrólisis de los triglicéridos y expresado en ácido oleico), índice de peróxidos (determinado por los peróxidos procedentes de la oxidación de las grasas), absorción del aceite en el ultravioleta, y características organolépticas (sobre todo color y sabor), entre otros», según la Fundación Española de la Nutrición.

Los distintos tipos son: aceite de oliva vírgenes (que tiene subvariantes), aceite de oliva refinado; aceite de oliva común; aceite de orujo de oliva crudo; aceite de orujo de oliva refinado y aceite de orujo de oliva.

Cabe destacar que son protagonistas en la dieta mediterránea, ya que se trata de uno de los más saludables, gracias a que contienen antioxidantes, ácidos grasos monoinsaturados y compuestos antiinflamatorios.

Entre los principales beneficios de freír con aceite de oliva se encuentran que es rico en ácido oleico, que ayuda a reducir el colesterol LDL (el «malo») y aumentar el colesterol HDL (el «bueno»), contribuyendo a la salud cardiovascular; y que contiene polifenoles que son antioxidantes que combaten el estrés oxidativo, y que pueden degradarse al tomar temperatura el aceite; aunque también su punto de humo es superior a los 190°, por lo que si se fríe a fuego moderado podemos mantener sus propiedades nutricionales.

En los últimos años, el aceite de oliva ha crecido en precio y en muchas ocasiones es imposible acceder a él, es ahora un bien preciado.

Aceite de girasol: propiedades y beneficios de cocinar con él

Por su parte, el aceite de girasol proviene de la semilla de la planta homónima y es uno de los más consumidos debido a su valor accesible. En América se encuentran los principales países productores del mismo. Cabe destacar que su producción es muy económica, por eso cuenta con un valor de mercado significativamente más bajo que el de oliva.

El aceite de girasol tiene un alto contenido en grasas poliinsaturadas, sobre todo ácido linoleico, un tipo de Omega-6 que es esencial para la salud; aunque su consumo desmesurado, sin equilibrio con el Omega 3 puede resultar perjudicial provocando inflamación en el cuerpo y contribuyendo a enfermedades crónicas.

Por su parte, el aceite de girasol tiene un punto de humo más alto que el aceite de oliva, por encima de los 200°, lo que es sinónimo de resistir a altas temperaturas sin descomponerse; además, cuenta con sabor neutro y más suave por lo que es conveniente para no interferir en los sabores de los alimentos.

 

 

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