Felipe de Borbón, mucho más que un rey: Leonor y Sofía, las niñas de sus ojos
El 31 de octubre de 2005 la vida del rey Felipe VI dio un cambio radical
El 31 de octubre de 2005 la vida del rey Felipe VI dio un cambio radical. «Es lo más bonito que le puede ocurrir a nadie. La Princesa y yo estamos felices, radiantes. Ambas se encuentran en perfecto estado”, decía el por entonces Príncipe de Asturias cuando nacía su primera hija. La ahora princesa Leonor llegaba al mundo y convertía a Felipe de Borbón en la persona más feliz del mundo. Si bien no puede ser imparcial en el amor a sus hijas, cierto que es que con su primogénita tiene un vínculo muy especial. Una complicidad única donde la mira y se ve a sí mismo como en un espejo. No solo les une un físico muy parecido, su carácter también es muy similar. Los dos son pacientes, tranquilos y muy sensatos, cualidades indispensables para ser su digna sucesora.
Sin embargo, el 29 de abril de 2007, la vida volvió a sonreirle cuando Letizia dio a luz a su segunda hija, la infanta Sofía. Aunque institucionalmente ocupa un segundo lugar, dentro de las paredes de Zarzuela se lleva toda la atención.
Felipe de Borbón es consciente de su relevancia estatal, pero también de su responsabilidad como padre. Gracias a su 50 cumpleaños, pudimos ver un vídeo en el que muestra su faceta más cercana e íntima. Su sonrisa cuando alguna de sus dos hijas aparece ante él ejemplifica los que ellas significan en su vida. Con ellas, el protocolo pasa a un segundo nivel para dejar paso a su función como padre.
Gracias a ellas, todos los españoles han conocido a un rey Felipe mucho más cercano. Le hemos visto cómo las llevaba de la mano al colegio o cómo compartían mesa. Las infantas han provocado que el rey Felipe VI sea mucho más que un rey. Gracias a su faceta como padre, hemos conocido simplemente a Felipe.