El invierno puede desencadenar o empeorar los brotes de la rosácea. ¿Sabes por qué? Como con cualquier enfermedad sistémica, la clave para tratar esta afección cutánea es entenderla y abordarla de manera integral. Es decir, es importante mirar más allá de la piel para descubrir que las hormonas y el sistema metabólico juegan también un papel importante. Pero también el ambiental. Es por ello que, tras las fiestas vividas y el frío que hace, es normal que la rosácea pueda aflorar con fuerza durante estos días. Adaptar la rutina de cuidado de la piel, minimizar la exposición a condiciones climáticas extremas y gestionar el estrés son puntos esenciales para mantener los síntomas bajo control este mes de enero. Te contamos qué comer, así como los cuidados y productos que pueden ser tus grandes aliados.
Los vientos fríos y temperaturas bajas de estos días puede desencadenar la dilatación y contracción de los vasos sanguíneos en la piel, provocando un empeoramiento en los síntomas de la rosácea.
Un plus de hidratación contra el frío
En la lucha contra la rosácea es crucial elegir productos y tratamientos que hidraten, que contengan propiedades antiinflamatorias y que sean calmantes. En este aspecto se ha descubierto que el cannabidiol (CBD) y la melatonina son muy efectivas.
El Dr. Jesús A. Fernández-Tresguerres, asesor médico de Phexia, señala que además son gran regeneradores y contribuyen a la reparación de la piel dañada. Youth Antiaging, de Phexia, contiene altas concentraciones de CBD y melatonita.
Niacinamida contra los efectos de la calefacción
La calefacción y bombas de calor también pueden contribuir al empeoramiento de la rosácea. El aire caliente y seco deshidrata la piel, aumentando la sensibilidad y provocando enrojecimiento y ardor.
Ahora más que nunca apuesta por productos suaves y no irritantes. El ácido hialurónico ayuda a mantener la piel en los índices adecuados de humedad de la piel. La línea Rigenera de Collistar amplía su gama con una crema a base de ácido hialurónico de muy bajo peso molecular y péptidos biomiméticos.
La niacinamida posee propiedades antiinflamatorias con lo que mejora la textura de la piel y reduce el enrojecimiento. El extracto de caléndula alivia la irritación y la camomila tiene propiedades calmantes.
El combo que propone Two Pole, Vitamina C y Nicinamida, es perfecto para tener la rosácea a raya.
Alimentos que frenan la rosácea
Cuidarse desde el interior es esencial para combatir la rosácea y algunos alimentos pueden convertirse en tus aliados, como los que son ricos en antioxidantes: naranjas, manzanas, las espinacas y el brócoli, entre otros.
Probióticos
Yogur, kéfir y otros alimentos probióticos pueden ayudar a mantener un equilibrio saludable en la flora intestinal, lo que se ha relacionado con la mejora de los síntomas de la rosácea. El cacao soluble con probióticos de Azaconsa contiene bacillus coagulans, un probiótico natural que entre sus beneficios está el de aumentar la absorción de nutrientes.
Pescados grasos
Salmón, sardinas y otros pescados ricos en ácidos grasos omega-3 pueden tener propiedades antiinflamatorias que benefician a la piel.
Aguacates
Ricos en grasas saludables, los aguacates pueden ayudar a mantener la piel hidratada.
Té verde
Contiene polifenoles y antioxidantes que pueden tener propiedades antiinflamatorias.
Estrés, el gran enemigo
Las fiestas pasadas pueden que te hayan hecho aumentar los niveles de estrés. Se ha demostrado que el estrés es un factor desencadenante de la rosácea, lo que significa que puede contribuir a su empeoramiento.
Desde Clínica FEMM nos explican que existen diferentes tipos de rosácea: eritematosa telangiectásica, ocular, fimatosa y pápula postulosa. También señalan que «existen tratamientos médico estéticos que disminuyen las molestias, como puede ser el láser IPL que estimula ña producción de colágeno a la vez que se elimina la piel dañada». Dependiendo de la gravedad el dermatólogo puede que te indique antibióticos y retinoides orales en dosis bajas.