Debido a que los nutricionistas, en los últimos meses, han recomendado aumentar el consumo de bebidas y alimentos fermentados para reforzar la microbiota y mejorar la salud intestinal, el kéfir se ha puesto muy de moda. Pero… ¿Sabes qué es realmente? También es conocido como el yogur búlgaro y se trata de una bebida probiótica realizada con gránulos de kéfir y fermentada a través de la acción de levaduras y bacterias. Se puede hacer con zumo, leche de vaca o de cabra. Se encuentra en los supermercados, pero su elaboración es muy sencilla por lo que son muchos los que optan por hacerlo en casa. Te contamos cómo se hace y todos sus beneficios.
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Textura más cremosa que la del yogur
El kéfir, al igual que la kombucha, es una bebida fermentada. Los gránulos de kéfir tienen un aspecto muy parecido al de la coliflor, se componen de bacterias lácticas, por lo que en contacto con la leche convierten la lactosa en ácido láctico. Es por ello que su sabor es como el del yogur, pero su textura es algo más ligera y suave.
Al reducir la lactosa, el kéfir hace que las digestiones mejoren, así como el tránsito intestinal. Además, contiene múltiples vitaminas como la A, B1, B2, C, D… Y minerales como calcio, cobre, hierro…
Lo mejor de todo es que contiene muchos probióticos y se puede consumir todos los días. Así pues, se convierte en el perfecto sustituto de la leche, como lo es el yogur.
Beneficios
- Refuerza el sistema inmunitario
Además de favorecer las digestiones, mejora la inmunidad, así como el colesterol y la presión arterial. Uno de los compuestos es la biotina y el folato, que ayudan a proteger las células.
- Fortalece los huesos
El kéfir hecho con leche entera tiene altos niveles de calcio y, lo mejor, contiene bioactivos que ayudan a absorberlo, deteniendo el envejecimiento óseo.
- Antitumoral
Recientes estudios demuestran que la bebida probiótica de kéfir puede retrasar el desarrollo de células cancerosas.
- Piel más sana
Los carbohidratos que se encuentran en esta bebida probiótica mejoran la calidad de cicatrización.
Cómo elaborar kéfir
Es mucho más sencillo que hacer un yogur, pues tan solo tienes que echar los gránulos de kéfir en un recipiente de cristal con leche. Después, deja reposar durante uno o dos días a temperatura ambiente.
Si la temperatura ambiente es alta, se aconseja echar más gránulos y menos leche, pues la fermentación es más rápida. Al ser ligeramente cremoso, se puede añadir en deliciosos postres y también se pueden realizar batidos de frutas.