No es ningún secreto que existen lugares en el mundo en las que las personas viven una vida más larga y más saludable. Lo que probablemente no sabías es que tenían un nombre. Las zonas azules son las poblaciones en las que el mayor número de personas viven hasta los 100 años. Pero, ¿cómo? Dan Buettner, explorador, miembro de National Geographic, periodista y productor galardonado, investigó los estilos de vida y entornos de los ciudadanos de las zonas azules para identificar los secretos de su longevidad, los cuales plasmo en su libro: ‘La solución de las zonas azules: Comer y vivir como las personas más sanas del mundo‘. Hoy analizamos qué integra la ‘dieta azul’, también conocida como la ‘dieta de la inmortalidad’.
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El secreto de la longevidad de las zonas azules
Okinawa (Japón), Icaria (Grecia), Cerdeña (Italia), Loma Linda (California) y la península de Nicoya (Costa Rica) son las cinco famosas zonas azules. Curiosamente, están muy dispersas en el globo terráqueo y tienen culturas gastronómicas muy divergentes, pero todas tienen puntos en común.
Reciben su nombre debido al surco de tinta azul que los investigadores hicieron en el mapa para señalar su ubicación. Las personas que viven en estas zonas comen muchos alimentos de origen vegetal, pero hay mucho más sobre el tipo de alimentación y el estilo de vida de las zonas azules.
Para empezar, todas ellas están bastante aisladas y ninguna se encuentra cerca de una gran ciudad, ¿coincidencia? Sus estilos de vida tradicionales están basados en la actividad física, en productos frescos, menos estrés y más contacto familiar y social.
En qué consiste la ‘dieta de la inmortalidad’
Dan Buettner descubrió las características comunes entre las personas de las zonas azules en cuanto a alimentación:
- Un dieta basada en plantas: las personas que viven en las zonas azules siguen una dieta basada en plantas de temporada y eligen muchos frijoles (lentejas, habas, soya…). Cada zona tiene sus propias preferencias: en la península de Nicoya consumen más maíz; en Cerdeña optan por cereales integrales como la cebada, en Loma Linda son prácticamente vegetarianos, mientras que en Okinawa toman arroz, algas, soja, boniatos y cúrcuma.
- Reducción de los alimentos de origen animal: su ingesta de carne se reduce a unas cinco veces al mes, lo que supone alrededor de un 5% de su ingesta. Sin hablar de los productos procesados. En cuanto al pescado, su ingesta también se ve muy reducida en comparación con la Dieta Mediterránea.
- Uno o dos puñados de frutos secos al día.
- Reducir el consumo de productos lácteos.
- Vino: en la mayor parte de las zonas azules, la población disfruta de una o dos copas de vino a la hora de la cena.
- Saciedad: los ciudadanos de estas zonas dejan de comer cuando se sienten llenos en un 80%.
En resumen, la alimentación de estas zonas está centrada en los alimentos naturales a base de plantas y en el disfrute de la comida, haciendo que sea un momento especial en el día, no comer simplemente por hambre o con ansiedad.