Con el inicio de un nuevo año, enero es visto por muchos como una oportunidad para establecer metas, pero también puede ser emocionalmente complicado. Se asocia con un aumento en la tristeza, ansiedad y depresión, desde la cuesta de enero hasta el Blue Monday, el tercer lunes de enero, considerado el día más triste del año. Según Adrián Márquez, psicólogo de Unasenda, los sentimientos negativos de enero se deben a una combinación de factores psicológicos, sociales, económicos y biológicos. Te descubrimos cómo afrontar este día (y otros en los que te sientas triste) a través de la música.
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La cuesta de enero, marcada por el impacto de los gastos navideños, genera estrés financiero. La falta de luz solar en invierno afecta la producción de serotonina y melatonina, influenciando el estado de ánimo y el sueño. Además, las altas expectativas de los propósitos de Año Nuevo generan frustración y sensación de fracaso. «La combinación de tensiones económicas, falta de luz solar y presión de los propósitos de Año Nuevo crea un entorno propenso al malestar emocional», explica Márquez.
‘Blue Monday’ y la música ‘ambient’
La musicoterapia se ha mostrado efectiva en la reducción de la ansiedad y depresión. Estimula la liberación de endorfinas, mejora el estado de ánimo y promueve la relajación. La música ambient, como Weightless de Marconi Union, reduce el estrés y la ansiedad, demostrando hasta un 65% de disminución en los niveles de ansiedad. Este tipo de música es eficaz para inducir estados de relajación profunda.
Este enero, el productor alemán Thomas Lemmer lanza el primer single de su álbum Dreamscapes para ayudar a superar la cuesta de enero disponible ya en plataformas (Spotify, Apple Music). En su música, busca promover la relajación y el enfoque mental en el presente.
«La música ambiental tiene un poder meditativo profundo», Thomas Lemer, músico
El propio artista nos desvela lo que ha incluido en este tema para que la relajación durante la escucha de su música sea efectiva: «En Dreamscapes, utilizo loops y progresiones de acordes para crear una atmósfera relajante, complementada con sonidos suaves de pads y melodías tranquilas. El tempo lento favorece la relajación y el sueño, mientras que los cambios sutiles mantienen la música interesante, permitiendo disfrutarla activamente con un efecto relajante profundo».
Thomas Lemmer asegura que la música ambiental tiene un poder meditativo profundo, «ayuda a desconectar del estrés y reenfocarte en el presente. Mi obra musical es una compañera perfecta para la meditación, ofreciendo un santuario ideal para quienes buscan relajarse y escapar del caos».
La música ambiental ha crecido en popularidad, destacando su capacidad para ofrecer equilibrio en un mundo acelerado. Con su estructura minimalista y sonidos relajantes, ayuda a los oyentes a enfocarse en el presente, alejándolos de las preocupaciones y sirviendo como contrapeso al estrés diario.
