Hay algo profundamente satisfactorio en abrir la nevera un martes a las nueve de la noche y saber que la cena está lista. Sin improvisaciones, sin ansiedad, sin recurrir al delivery de turno. Esa sensación tiene un nombre y una técnica detrás: batch cooking, o lo que es lo mismo, cocinar por lotes. Este método, que empezó a despuntar en redes sociales y hoy se ha convertido en un estilo de vida, promete lo que todos deseamos: comer bien, ahorrar tiempo y dinero, y mantener el orden mental en medio del caos semanal.
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Qué es el ‘Batch Cooking’ y cómo empezar
El concepto es simple, pero tremendamente eficaz: dedicar unas horas un solo día, normalmente el domingo, a cocinar, hornear, hervir y preparar todos los componentes que formarán tus comidas del resto de la semana. No se trata de comer lo mismo cada día, sino de planificar con inteligencia y combinar los ingredientes cocinados de distintas maneras.
Por ejemplo, unas verduras asadas pueden ser la guarnición de un salmón el lunes, convertirse en la base de un bowl con legumbres el martes o mezclarse con pasta integral el miércoles. Un arroz jazmín cocido puede acompañar un curry tailandés, formar parte de una ensalada templada con pollo o servir como base para unos rollitos de lechuga con salsa de cacahuete.

Ventajas que se notan (y se saborean)
Además del ahorro de tiempo, hay un beneficio que suele pasar desapercibido: la reducción del desperdicio alimentario. Cuando planificas tus menús y cocinas por tandas, aprovechas mejor los ingredientes, compras sólo lo que necesitas y evitas esos productos olvidados en el fondo del frigorífico.
Otra ventaja: comes más equilibrado. Tener opciones saludables listas evita caer en la tentación del picoteo rápido o de pedir comida procesada. Al tener todo preparado, eliges mejor y disfrutas más.
Y, por supuesto, está la paz mental. Ese alivio de no tener que pensar cada día qué cocinar, ni enfrentarte al caos de la cocina a las diez de la noche, vale oro.

Por dónde empezar: planificación ante todo
Antes de lanzarte a cocinar durante tres horas, la clave está en planificar. Dedica un rato el sábado a decidir qué quieres comer la próxima semana. Elige entre tres y cinco fuentes de proteína (pollo, legumbres, tofu, huevo, pescado), un par de cereales (arroz, quinoa, pasta integral, bulgur) y muchas verduras de temporada.
Haz la lista de la compra y, cuando llegue el domingo, dedica entre dos y tres horas a cocinar todo: asar, hervir, cortar, saltear. Guarda cada preparación en tuppers de cristal etiquetados y listos para combinar.

Ideas de recetas
- Curry de garbanzos con leche de coco y espinacas. Una receta que mejora con el tiempo. Saltea cebolla, ajo y jengibre con curry y cúrcuma; añade garbanzos cocidos, leche de coco y espinacas frescas. Se conserva tres o cuatro días en la nevera y se puede acompañar con arroz basmati o quinoa.
- Salmón al horno con glaseado de miso y miel. Pincela los lomos de salmón con una mezcla de miso blanco, miel, soja y un poco de aceite de sésamo. Hornéalos y guárdalos en porciones. Quedan perfectos tanto fríos como templados, acompañados de verduras asadas o noodles.

- Tabbouleh de bulgur con hierbas frescas. Cuece bulgur y mézclalo con menta, perejil, tomate, pepino, zumo de limón y aceite de oliva virgen extra. Es refrescante, saciante y una guarnición perfecta para carnes o pescados.
- Pollo desmenuzado con especias y lima. Cuece pechugas con laurel, cebolla y pimienta, y luego desmenúzalas. Mézclalas con comino, pimentón y zumo de lima. Puedes usarlo en tacos, ensaladas, wraps o bowls de arroz.
- Bizcocho integral de plátano y avena. Porque el batch cooking también puede ser dulce. Mezcla plátano maduro, copos de avena, canela y un toque de miel. Se conserva varios días y es ideal para desayunos o meriendas saludables.
