Aprender de relojería no es nada sencillo y una de las confusiones más comunes que se producen en este mundo tan complejo es el de confundir un cronómetro con un cronógrafo, un error lógico que hoy procedemos a explicarte.
- Un cronógrafo es un instrumento utilizado para medir lapsos de tiempo a nuestra voluntad.
- Un cronómetro certifica la calidad de un reloj como mecanismo de gran precisión.
En resumen, el cronógrafo se refiere a la función y el cronómetro a la calidad del tiempo medido. Y, ¿por qué se produce esta confusión? Curiosamente, es por el idioma, ya que el uso natural del verbo cronometrar hacer referencia al acto de medir tiempos, es decir, la que en término de relojería haría el cronógrafo. Hoy te explicamos sus diferencias, características y su historia.
- Funciones, tipos e importancia del bisel
- La cuna de los relojes suizos
- La corona, elemento fundamental
Diferencia entre un cronómetro y un cronógrafo
Cronómetro y cronógrafo comparten la misma raíz etimológica. Ambas, como podemos observar, derivan de la palabra cronos, término griego para referirse al tiempo. Después, por un lado, tenemos el sufijo metro, medición en griego, y por el otro, grafo, escritura en griego.
Aunque en nuestro idioma usamos el verbo cronometrar para medir el tiempo, esta acción, como hemos mencionado, hace referencia al cronógrafo. Y es que, los cronógrafos no son los únicos instrumentos que utilizamos para medir el tiempo de manera independiente, esta acción también se puede llevar a cabo con el bisel de un reloj de buceo, por ejemplo.
¿Podríamos elegir otra palabra para no confundir nuestro idioma? Puede ser, pero el remedio sería peor que la enfermedad, por lo que por ahora nos debemos contentar con tener muy claro que ambos términos no tienen nada que ver y a qué se refiere cada uno.
Historia
Cronógrafo
El inventor del cronógrafo fue Nicolas Mathieu Rieussec, un relojero y hombre de negocios francés quien registró el término cronógrafo en 1822 para describir su invento.
Este invento consistía en una caja de madera con dos discos giratorios recubiertos de esmalte blanco, situados debajo de unos pivotes entintados. Si se quería conocer el tiempo, se debía poner en marcha dicho mecanismo, entonces los discos comenzaban a girar y el pivote entintado dejaba su marca.
Para su inventor, el mecanismo escribía el tiempo, de ahí que escogiese el término cronógrafo para describirlo.
Cronómetro
El Diccionario histórico de la lengua española (DHLE), la palabra cronómetro se emplea por primera ver en castellano en el año 1786, derivando del francés chronomètre, usado para referirse tanto a los instrumentos de medición del compás musical, en 1701, y partir de 1753, para referirse a los aparatos que miden el tiempo con precisión, adjetivo que brillaba por su ausencia en aquella época, ya que los relojes no sobresalían por su exactitud.
Por aquel entonces, Isaac Newton ya estableció que los relojes eran instrumentos ideales para que los marineros pudieran calcular la longitud de su ubicación y así pudieran navegar de forma rápida y segura. Por desgracia, no eran tan exactos como cabría esperar de un reloj.
El primer relojero que dio con un reloj preciso y exacto fue John Harrison, quien dedico más de treinta años en desarrollar los mecanismos pertinentes, siendo la base de todos los cronómetros marinos fabricados a partir de ese momento.