¿Qué hace una marca que lleva casi un siglo asociada al mar y al glamour? Dar un paso más. Pero hacerlo a lo grande. Riva, la naviera italiana que convirtió las lanchas Aquarama en un icono de la dolce vita, acaba de anunciar su primer edificio residencial de lujo. Un paso más en ese fenómeno cada vez más habitual: el de las marcas de culto que venden no sólo productos, sino un estilo de vida.
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En los últimos años lo hemos visto con Porsche, Aston Martin o Bugatti; incluso firmas de moda como Armani, Bulgari o Fendi han tallado sus nombres en rascacielos de medio mundo. Ahora le toca el turno a Riva, y su desembarco promete despertar pasiones entre coleccionistas, amantes del mar… y fortunas acostumbradas a que la exclusividad tenga techo.
Riva Residenze: el lujo italiano anclado en Fort Lauderdale
El proyecto se llama Riva Residenze y se construirá en Fort Lauderdale, Florida, conocida como la Venecia de América. Una ubicación que no es casual: frente al Canal Intracostero y a un paso de Bahia Mar, un enclave donde el lujo es parte del aire que se respira. Desde allí, los residentes podrán ver cómo cambian los tonos del agua a lo largo del día… sin necesidad de zarpar.

El edificio contará con 36 apartamentos: desde viviendas de dos y tres dormitorios hasta áticos de seis habitaciones. Las cifras hablan por sí solas:
- Superficies desde 200 m² hasta 800 m²
- Precios a partir de 3,5 millones de dólares (unos 3 millones de euros)
- Dos penthouses diseñados para ser auténticos yates habitables
Y, por supuesto, un puerto privado para seis yates de hasta 20 metros. Porque el concepto de Riva no se negocia: quien compra aquí, compra mar… aunque viva sobre tierra.
Un interiorismo que huele a madera de caoba y a historia
La inspiración es evidente: madera de caoba brillante, cromados impecables, líneas horizontales que evocan las cubiertas de las Aquarama y ese diseño italiano que mezcla elegancia y nostalgia a partes iguales. Todo está pensado para recrear la sensación de subirse a un Riva sin pisar el muelle.

Riva ya había coqueteado con proyectos en tierra firme antes: un salón privado en el Yatch Club de Mónaco, inaugurado en 2014; varios Riva Lounge en destinos estratégicos y recientemente, el primero en España, en Puerto Banús y otro en Mallorca. La idea era siempre la misma: llevar el aroma del mar y la esencia elegant vintage de la marca a quienes soñaban con una Aquarama… incluso cuando no estaban a bordo.
Las obras empezarán el próximo año y, como suele ocurrir con este tipo de proyectos, se espera que las reservas vuelen. Porque el lujo cambia, se reinventa… pero sigue teniendo algo de capricho.
