Han pasado más de veinte años desde que el Concorde hiciera su último viaje y con él se apagó el sueño de los vuelos supersónicos comerciales. Ahora, ese sueño vuelve a despegar con el X-59, el avión experimental de la NASA y Lockheed Martin que acaba de completar con éxito su primer vuelo en California.
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El despegue tuvo lugar en la mítica planta 42 de la Fuerza Aérea estadounidense, donde también nacieron algunos de los aviones más revolucionarios de la historia.
El X-59 voló, aterrizó sin incidentes y confirmó lo que muchos esperaban: el regreso del supersónico está más cerca que nunca, aunque con una gran diferencia respecto al Concorde original: esta vez, será silencioso.
Un avión supersónico y silencioso
Si algo condenó al legendario Concorde fue precisamente su estruendo sónico. A más de Mach 2, el avión franco-británico atravesaba la barrera del sonido generando un estampido que alcanzaba hasta 140 decibelios, lo que llevó a prohibir sus vuelos sobre tierra firme. Esa limitación, sumada al alto coste operativo, acabó con su reinado en 2003.
El X-59, en cambio, ha sido diseñado para mitigar esa explosión sónica y transformarla en un ruido apenas perceptible. Su fuselaje alargado, su morro puntiagudo y su sofisticada ingeniería aerodinámica buscan precisamente eso: que volar a velocidades supersónicas vuelva a ser viable, no sólo sobre el océano, sino también sobre ciudades.

«Este vuelo demuestra la innovación y la experiencia de nuestro equipo conjunto», explica OJ Sanchez, vicepresidente de Lockheed Martin Skunk Works, el laboratorio donde nació el avión. «Estamos en la vanguardia de la tecnología supersónica silenciosa», añadió.
Si las pruebas son exitosas, podrían servir para cambiar la legislación internacional y permitir nuevamente el transporte supersónico comercial sobre tierra, algo impensable desde los tiempos del Concorde.
Madrid-Nueva York en dos horas
Si el Concorde fue sinónimo de lujo, velocidad y exclusividad, un símbolo de otra época, el X-59 aspira a democratizar esa experiencia con una tecnología más limpia, silenciosa y sostenible.
El X-59 es un demostrador centrado en minimizar el ruido; no es (por ahora) un avión comercial de pasajeros (pero si sus resultados y la normativa avanzan, podríamos ver vuelos transatlánticos supersonicos reduciendo el tiempo de un viaje Madrid-Nueva York a algo entre dos o tres horas y media según la velocidad comercial que adopten.
