El mundo del motor está de celebración y no porque una casa haya lanzado un nuevo modelo, sino porque sale a puja un ejemplar bastante raro de encontrar y que, además, tiene tintes reales. Son muchos los coches que han hecho historia. Desde los conducidos por Steve McQueen, pasando por los modelos españoles que parecían Ferraris, hasta el McLaren del Sultán de Brunei, firmado por Lewis Hamilton, estos ejemplares no sólo son reconocidos por hitos especiales, sino también porque el precio que han conseguido no es para todos los bolsillos. El último que hemos encontrado y sale a subasta es un Lamborghini que se cree que perteneció al rey emérito Juan Carlos I.
En sus años dorados, el que fue Rey de España era un fanático del mundo del motor y hay muchas piezas únicas que han pertenecido a su garaje. Además de los vehículos oficiales que forman parte de la corona, también tenía algunos en su colección privada que llamaban la atención. Este ejemplar en concreto, se dice que fue adquirido en 1969 y que fue un capricho cuando todavía era príncipe.
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El modelo era un Lamborghini Islero, cuya estética conquistó a Juan Carlos I. Es un elegante GT de cuatro plazas y su nomenclatura fue otorgada por el nombre de un toro al que mató Manolete. En definitiva, fue el sustituto del 400 GT. La esencia de este bólido tiene vida propia y es que, entre el 69 y el 69, la casa italiana sólo hizo 225 ejemplares. Algo típico en la época, puesto que las marcas de cuatro ruedas, de lujo, no hacían grandes tiradas de sus modelos.
Está equipado con un motor V12, se encuentra alimentado por seis carburadores Weber que proporcionan 340 CV a las ruedas traseras, con lo que alcanzaba 260 km/h y necesitaba solo 6,4 segundos para pasar de 0 a 100. Hay una cosa que es verdad y es que no existen imágenes del ahora emérito al volante de tal obra de arte creada por Carlo Marazzi para Carrozzeria Touring. Muchos pueden pensar que realmente no perteneció a este, pero según se afirma en la ficha que publica la casa de subastas, Broad Arrows, remarcan lo siguiente: «Originally owned by a member of the Spanish royal family».
El exterior cuenta con un color azurro cielo y hace tiempo que salió del garaje real. Este pasó por Estados Unidos y volvió a ver la luz recientemente cuando fue restaurado ya en Europa por Francesco D’Andrea. Fue subastado en un evento exclusivo que tuvo ocasión hace unos días, en Ginebra, donde se encontraba en un lote con otros vehículos de características similares, pero ninguno con unos antecedentes tan reales como el de este. Es verdad que no ha podido batir récord y superar modelos como el Aston Martin Valkyrie o un Ferrari 275 de 1966, pero sí ha sido vendido por un precio superior al de un Rolls-Royce Phantom Coupé. En definitiva, un cierre de puja bastante ajustado y que se ha saldado con el vehículo que perteneció a Juan Carlos I, por casi 300.000 euros.
