Muchos de los diseños actuales de supercoches tienen una historia detrás y suele venir de un modelo predecesor, sobre el cual se ha hecho una implementación. Aunque estos deslumbren con nuevas líneas de diseño, es verdad que las creaciones antiguas, esas que han participado en las 24 horas de Le Mans, han pertenecido a caras conocidas como Elton John o que han formado parte de historias referentes en la gran pantalla. El último que se une a esta exclusiva lista ha sido encontrado en un castillo de Francia, en un estado sorprendente. Hablamos de un Ferrari 330 GT.

Este modelo es uno de los más codiciados por los coleccionistas, ya que ha sido el centro de atención durante décadas. Fue uno de los grandes éxitos de los años 60 y sólo se llegaron a fabricar 600 unidades. Se presentó en el Salón de Ginebra de 1966 como un modelo de alta gama producido por una de las marcas que más dio que hablar en el momento. Es un diseño de Pininfarina y contaba con curiosidades que no eran dignas de un Ferrari, ya que tenía una insignia en la parte del maletero con el número 330.
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Cada vez es menos común ver estos diseños y muchos se están rescatando de los lugares más insospechados. Hace poco se ha encontrado uno de los modelos más codiciados del cavallino rampante en el garaje de un castillo francés y llevaba abandonado 25 años. Sí, has leído bien. En el momento que lo encontraron, lo primero que hicieron fue dejarlo a un taller para realizar las comprobaciones necesarias y, aunque la última vez que su motor se encendió fue hace diez años, se conserva en buenas condiciones y eso es un punto a favor.

Una de las principales características de este diseño es la elegancia que representa de aquella época, antes de incorporar las líneas rectas a sus creaciones. Queda claro que esa esencia no muere y en los últimos diseños hemos visto cómo se está reincorporando a los trazos sobre papel. Su interior permitía viajes de hasta cuatro personas, con asientos tanto delante como detrás, de una manera bastante cómoda y una tapicería en un color beige. Su suave motor V12 de 4.0 litros alcanza 300 CV, siendo capaz de llevar el Ferrari 330 GT único hasta los 245 km/h. Además, la incorporación de la quinta marcha que se estrenó con este modelo hizo que se refinara un poco más y se ganara esa elegancia por la que todos competían.

En 1966 es cuando el presente ejemplar, aun en color verde, se convirtió en el punto de mira de las 24 horas de Le Mans, ya que era el coche de seguridad. Ese mismo año, salió a la venta y lo adquirió su primer propietario privado y, a partir de ahí, comenzó a pasar por varias manos. En 1977 fue cuando se reformó por completo, por un pequeño accidente que el conductor sufrió con el diseño. En este momento aprovecharon y lo pintaron de azul, instalando unos pilotos traseros personalizados.

En 1978 es cuando se registra la última matriculación del mismo, sabiendo de la existencia del último dueño, el cual le dio bastante buen uso. Desde que este fallece, los herederos deciden conservarlo y guardarlo durante 15 años. Ahora esta creación, que en su día causó expectación en el Salón del Motor de París, sale a subasta de la mano de Aguttes, y se estima que se pueden recaudar hasta los 220.000 €.
