El mundo de los yates es un universo que se encuentra en una carrera constante hacia la majestuosidad. Persiguiendo un diseño lujoso con una tecnología puntera, esta competición está cimentada por millonarios interesados en tener buques únicos e impulsa a los constructores navales a presentar conceptos y modelos cada vez más llamativos. ¿El último? El yate submarino Migaloo M5.
Este diseño desafía todo lo que hemos podido conocer hasta ahora y se ha convertido en el nuevo capricho de los más adinerados del mundo. Con 166 metros de eslora, aproximadamente, y capaz de sumergirse a 250 metros, se ha diseñado para tener los acabados más exclusivos y alberga toda la diversión que se pueda imaginar en la superficie y también en las profundidades marinas.
Muchos pensarán que es la última imaginación de algún diseñador que ha querido ir más allá, pero no, todo lo contrario, puesto que llevan con estos bocetos más de una década y los han ido perfeccionando con el tiempo e implementando una serie de personalizaciones que ya pueden ser encargadas en el yate submarino Migaloo M5.
El diseño ha ido evolucionando gracias a las propuestas de los potenciales compradores, hasta terminar en este modelo en blanco y con un marcado estilo marino, salpicado de oro en su interior, que han equipado con toda clase de lujos, estancias para múltiples usos y tecnología de última generación.
Yate y submarino
Esta propuesta final plantea una embarcación de 165,8 metros de eslora, 23 metros de manga y un calado de 8,6 metros. Sus dimensiones le dan espacio para un máximo de 20 invitados, atendidos por una tripulación de 40 personas. El yate submarino Migaloo M5 es un navío capaz de acoger a otras naves y albergar toda clase de estancias, pero lo primero por lo que destaca es por su doble estilo de navegación.
Se propulsará por un sistema de diésel eléctrico o lo que se conoce como Sistema de Propulsión Anaerobia, que también utiliza el Isaac Peral de España. Este mecanismo sirve para recargar las baterías del submarino en inmersión usando una pila de combustible que emplea hidrógeno. Este, a su vez, es producido mediante procesado de bioetanol y oxígeno, que son los que generan la energía eléctrica.
Todo tiene un motivo y es que, con estas implementaciones, este yate submarino tiene un alcance de más de 15.000 kilómetros, puede viajar a velocidades de hasta 20 nudos en la superficie y 12 nudos, bajo el agua. Convertido en submarino, el Migaloo M5 es capaz de descender a una profundidad segura de 250 metros, donde puede mantenerse hasta cuatro semanas. Como ejemplo, el S-81 Isaac Peral solo consigue 3 semanas de navegación sin salir a la superficie.
Capacidad para 36 invitados
Las características técnicas de este sumergible son desafiantes, pero la empresa promete ir más allá y ofrecer condiciones inigualables a sus clientes, quienes pueden personalizarlo a su gusto. Imagina, por ejemplo, disfrutar de una cena de gala con 36 invitados en un espacio rodeado de paredes de vidrio panorámicas con vistas a la inmensidad del océano.
Sus interiores tienen muchas amenidades, aunque muchas de ellas, vengan arraigadas a una personalización extra. Este yate submarino podría gozar desde una bodega, hasta un cine, a dos piscinas y un jacuzzi. Cuenta con un helipuerto para que los invitados lleguen desde cualquier parte del mundo sin que el yate tenga que desplazarse. Como conexión con el exterior, el helipuerto acoge tanto helicópteros como drones, globos aerostáticos, SUV, además de camiones. Para cuando el yate se sumerge, estos pueden guardarse en el interior del submarino. El yate incluye hasta cinco motos acuáticas Sea-Doo, Seabobs, flyboards y hoverboards, Zapata Racing, y todo lo necesario para practicar remo, kitesurf y kayak.
Con estas cualidades no es de extrañar el precio final de este yate submarino sea de 2.000 millones de euros. Ahora esta construcción ostenta el título de más caro del mundo.