Hoy es el último día de 2024 y nos preparamos para decir adiós a 365 días llenos de experiencias, sonrisas, aventuras y, sobre todo, aprendizajes. Antes de comenzar a pensar en los propósitos de este 2025 (a poder ser realistas), nos preparamos para despedir todo lo que queremos olvidar con esos «petardos que borran sonidos de ayer, y acaloran el ánimo para aceptar que ya pasó uno más», como bien nos recita Mecano cada año. En familia o con amigos, las tradiciones de esta fiesta van evolucionando y ahora vivirlo es toda una experiencia. Desde COOL nos trasladamos a Nueva York para celebrar un año nuevo épico y lo hacemos desde la terraza del hotel más exclusivo de Times Square: The Knickerbocker. Hablamos con Mauricio Aceves, director de marketing del hotel.
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A muchos les sonará este histórico emplazamiento en el corazón de la isla de Manhattan y es que fue el primer hotel de lujo de la ciudad. En la época había dos familias importantes, que amasaban las grandes fortunas del momento: los Rockefeller y los Astor. Esos últimos pusieron el primer ladrillo en el ámbito de la exclusividad y en 1906 comenzaron a dar forma a ese mundo neoyorquino y elitista que conocemos, siendo el lugar de reunión por excelencia de la élite.
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Con el paso de los años ha adquirido un gran nombre y no sólo por la exquisitez de los servicios que ofrecen, sino porque es un referente a la hora de celebrar la Nochevieja. Muchos se preguntarán por qué y la respuesta es simple: su rooftop se ubica frente a la mundialmente conocida bola de año nuevo que baja, en esta ocasión, con el objetivo de dar la bienvenida al 2025. La experiencia que se ofrece es única y, para saber más de ello, hablamos con Mauricio Aceves, director de marketing del hotel Knickerbocker.

El emplazamiento es uno de los más codiciados de la ciudad en esta época del año y su precio es sólo para aquellos que quieran vivir algo exclusivo. «Cuando hace dos años entré a trabajar en el hotel y me dijeron que la entrada para celebrar Nochevieja era de 4.000 €, pensé que era caro, pero siempre se llena». Ese es el precio que Aceves nos comenta que tiene la entrada prémium.
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«Se sirve Dom Perignon durante la cena y corre como el agua. Gastamos cientos de botellas»
La cuestión de esto no es vivir una celebración de fin de año al uso, sino que apuestan por una experiencia con todo lujo de detalles. La prioridad son los clientes, puesto que muchos vuelan desde diferentes partes del mundo cada año para vivir este momento único y, como bien nos cuenta Mauricio Aceves, «los primeros en tener la oferta de las entradas son los clientes y dos terceras partes de las mismas se asignan para los huéspedes. Ellos tienen el privilegio de escoger primero».
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La experiencia está regada con bebidas de lujo y una gastronomía de altura. Comienzas subiendo al cuarto piso, entrando a uno de los bares con más historia del mundo, puesto que fue el lugar donde se inventó el dry martini y los responsables fueron los Rockefeller. De ahí se pasa al restaurante Charlie Palmer Steak IV, cuya carta se conceptualiza en un steakhouse contemporáneo. El champagne está presente en todo momento y nos cuenta Aceves: «Se sirve Dom Perignon durante la cena y corre como el agua. Gastamos cientos de botellas».
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La cena es el epicentro y lo desarrollan de dos formas distintas. Por un lado, en carta, con servicio en mesa y, por otro, con estaciones para que la gente se levante y se sirva lo que quiera en cualquier momento. «Siempre tenemos el producto más exclusivo y, en esta ocasión, contamos con Wagyu de Australia, que viene maridado con los mejores vinos, una estación de The Macallan con caviar, otra de mariscos, etc. Además de esto, también contamos con un chef que posee dos estrellas Michelin que hará un servicio de sushi para las cenas». Una forma de saborear el lujo antes de vivir una de las mejores experiencias.
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Después de la gastronómica de su steakhouse, es hora de subir al rooftop y los que han adquirido esa exclusiva entrada llevan preferencia. También hay otras opciones de entrar, como la experiencia básica que comienza en 1.500 € la entrada.
«El año pasado tuvimos al aclamado pintor Domingo Zapata con toda su familia»
Hace unos meses tuvimos la oportunidad de poder visitar este lugar de la mano de Turismo de Nueva York y, siendo honestos, te deja boquiabierto. Si de normal vives las luces de Broadway y las icónicas pantallas de Times Square iluminan sus rincones, sentirlo en Nochevieja es una experiencia que queda marcada en el recuerdo.
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Es el único hotel que cuenta con una vista privilegiada a ese balldrop y preguntamos a Mauricio Aceves sobre las personalidades que se acercan al Knickerbocker y este nos desvela: «El año pasado tuvimos al aclamado pintor Domingo Zapata con toda su familia. También hemos tenido personajes de Sexo en Nueva York, como el de Antony Marantino (interpretado por Mario Cantone), además de varios jugadores de los Yankees y de la NBA. Nunca reservan con su nombre real para que no lo sepamos, así que hasta que no llega el momento, no sabemos quién viene».
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El enclave en sí ya es privilegiado en Nueva York, pero hay una mesa en concreto, que es la que más cerca está de la bola de Año Nuevo, que nos resulta curiosa. Aceves confiesa: «Esa mesa en concreto se vende aparte de la experiencia que ofrecemos a los huéspedes. La llamamos Sky Pod y es la que se sitúa más cerca de la bola. Es la más codiciada de la ciudad, puesto que caras conocidas y empresas del Fortune 500 intentan reservarla«. No está al alcance de muchos, ya que adquirirla cuesta 150.000 €.
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La icónica bola de Time Square justo hace unas horas, ensayando su bajada para recibir el Año Nuevo.
Nueva York es un edén de contrastes donde los rincones más insólitos te pueden dar las mejores sorpresas. Quién nos iba a decir que, en el corazón de la ciudad y envuelto en la luz de Broadway, se podía vivir una Nochevieja con Dom Perignon y sushi de estrella Michelin, rodeados de los Yankees y las caras de Sex and the City.
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