Imagina tener en tu jardín, justo a tiempo para Halloween, una calabaza tan grande que necesitarías una grúa para moverla. Suena a película de fantasía o terror, pero es real. Y ha sucedido en España, donde una fruta ha batido todos los récords conocidos en territorio nacional. Este concurso ha tenido lugar en el escenario de Iberflora, la feria internacional de planta y flor, paisajismo, tecnología y bricojardín, que ha celebrado esta hazaña con el mismo entusiasmo con el que se espera la alfombra roja de los Óscar. En esta edición, concretamente la número 54, más de 400 expositores y 36.000 m² dedicados al universo vegetal se convirtieron en el epicentro del asombro cuando Rubén Mendi, agricultor y auténtico rey de la calabaza gigante, presentó una bestia vegetal de 1.187,5 kg. Un espectáculo para los sentidos y una fantasía hecha realidad para los amantes de Halloween, que ahora sueñan con decorar una calabaza más grande que su coche.

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Rubén, originario de Valtierra (Navarra), no es nuevo en estas ligas. Lleva desde 2010 dedicándose a cultivar estas maravillas de la naturaleza: «Es un hobby que llevo disfrutando desde hace una década», explica con humildad desde el elegante stand de Canna España, la empresa neerlandesa de fertilizantes que lo acompaña en esta aventura botánica. Y añade con una sonrisa: «Nuestro objetivo es el récord del mundo, pero sin presión, disfrutando del cultivo día a día».

Su nueva calabaza, sembrada el 19 de marzo y recolectada el 13 de septiembre, ha sido la joya del certamen. Ha tardado sólo seis meses en alcanzar el peso de un coche. Y aunque no es comestible (se destina a piensos para ganado vacuno y caprino), su presencia en Iberflora ha sido absolutamente gourmet.

Pero, ¿cuál es el secreto de semejante vegetal? Rubén lo deja claro: «La clave es el fertilizante y un buen sustrato». Con la ayuda de tecnologías avanzadas y productos diseñados para el desarrollo óptimo de las raíces, consigue que sus calabazas crezcan sanas, fuertes y gigantes. «El clima extremo de la Ribera de Navarra, con sus altas temperaturas y vientos fuertes, también ayuda«, añade.
No es la primera vez que bate marcas: en 2020 ya consiguió una de 1.157,5 kg. Pero esta vez no sólo ha superado su propio récord, sino que se ha colocado segundo en el mundo, sólo por detrás de algunos ejemplares cultivados en Gran Bretaña y EE. UU. que superan por poco los 1.200 kg.
