Antonio Orozco conquista los paladares más exigentes con su primer vino: «Es sutil y elegante»

Antonio Orozco
(Foto: Dominio de Tares)
Ana Márquez
  • Ana Márquez
  • Mi sueño era convertir mi pasión en profesión, y lo conseguí. En cuanto terminé la carrera de periodismo entré en el mundo editorial y no he parado de escribir sobre moda, belleza, cine y estilo de vida para importantes cabeceras como COOLthelifestyle. Me encanta aprender y enseñar, tanto que soy docente de Periodismo Digital y Redes Sociales en Condé Nast College. Y como curiosidad, añadir que soy imagen de una crema facial de una conocida marca y es posible que me encuentres en algún 'beauty stand'.
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Antonio Orozco nos ha conquistado el corazón con sus canciones y ahora vuelve a hacerlo uniendo dos mundos que comparten una profunda sensibilidad: la música y el vino. «No me imagino un buen vino sin música, ni escuchar música sin una copa de vino», confiesa el cantante, destacando cómo ambas artes se complementan. Esta sinfonía enológica refleja la madurez, los matices y la profundidad que tanto su música como este tinto 100% Mencía de viñas de más de 60 años del Bierzo Alto nos ofrecen, brindando una experiencia sensorial única. Hablamos con el artista para conocer más de cerca Pedacitos de ti, que así es como ha bautizado a su primer vino en honor a una de sus canciones más icónicas.

Antonio Orozco describe su pasión por el vino como una forma de inmortalidad, comparable a la música. «El vino es una huella imborrable al igual que la música», comenta y añade que su amor por el vino lo llevó a este nuevo proyecto.

«Soy un enamorado del vino, en concreto del tinto, y me parecía una buena forma de dejar un pensamiento, una impronta». Con humildad, admite ser un aprendiz en este mundo y espera haber hecho un aporte valioso sin ofender a los grandes conocedores. «Al final, todo es cuestión de gustos, como la vida misma», puntualiza.

Vino Antonio Orozco
(Foto: Dominio de Tares)

«La música y el vino están conectados por la sensibilidad, la emoción y el buen gusto»

Para el artista, no existe distinción entre su música y este vino. Ambos, según él, están conectados por la sensibilidad, la emoción y el buen gusto. Esta conexión se refleja en cada botella de Pedacitos de ti 2019, un vino que busca transmitir las mismas emociones que sus canciones. «Es un viaje sensorial que arranca con el color, contando la historia de su madurez. Es sutil y elegante».

Es más que un vino; es una expresión de arte, pasión y vida que cuenta con el savoir fare de Dominio de Tares y Rafa Somonte, director técnico de la bodega, que ha sido el encargado de seleccionar los viñedos para su elaboración con una crianza de nueve meses en barricas de roble francés. Antes de presentarse en sociedad, ha permanecido más de doce meses en botella.

Antonio Orozco
(Foto: Dominio de Tares)

«Me gustaría decir, o advertir a todas las personas que toman vino habitualmente que, sin darse cuenta, están tomando un trocito del alma de cada uno de los enólogos que pasaron por la viña«, señala Antonio Orozco para explicar que su primer vino es, en esencia, una obra de arte líquida que recompone lo que compone la música del artista.

«Nunca he tomado un buen vino sin previamente haberlo preparado todo»

El músico reconoce que el proceso de creación de este vino ha sido un viaje de aprendizaje. «Cuando empecé en el mundo del vino, a pasitos cortos y a modo aprendiz, me di cuenta de que no sabía nada». Este viaje de descubrimiento ha sido tanto humilde como enriquecedor, reflejando su constante búsqueda de conocimiento y perfección.

Para Antonio Orozco, disfrutar de Pedacitos de ti 2019 es un sueño hecho realidad. «Me gustaría que todo el mundo en algún momento de su vida se pueda permitir compartir un pedacito de este vino con quien más quiera y, sobre todo, lo hagan de la misma forma que lo hago yo: a corazón abierto», expresa con emoción. Este deseo de compartir experiencias auténticas y profundas es, sin duda, el núcleo de su filosofía.

Vino Antonio Orozco
(Foto: Dominio de Tares)

Finalmente, Orozco nos revela su ritual que subraya su apreciación por el buen vino: «Creo que nunca en mi vida me he tomado una copa de buen vino sin previamente haberlo pensado y preparado todo». Esta declaración encapsula su enfoque reflexivo, una característica que define tanto su música como su incursión en el mundo del vino.