Limpiamos nuestra piel todos los días, la cuidamos, mimamos al detalle cada ingrediente de nuestras cremas y aceites y de nuestros limpiadores, pero… ¿qué hay del tónico facial? Seguir una rutina diaria ordenada y completa es esencial para nuestra piel. Cada paso y cada producto cumple una función determinada. Ya hablamos de la importancia del sérum, hoy continuamos con el tónico facial. En COOLthelifestyle te ayudamos a descifrar todos los usos de uno de los productos más importantes de toda rutina de belleza.
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El tónico facial, la estrella de la rutina diaria
El tónico facial no solo nos ayuda a tener una piel más limpia, sana y luminosa, sino que además, regula el pH, minimiza los poros, retira los últimos restos de suciedad y maquillaje de nuestro rostro y nos permite calmar y refrescar nuestra piel, la refuerza y la prepara para que nuestras cremas, sérums y tratamientos, que nos aplicaremos con posterioridad, cumplan su función. ¡Es uno de los ingredientes más importantes para una piel perfecta y sana!
Tras la limpieza facial, el pH de nuestra piel queda desestabilizado y la consecuencia directa es la pérdida de agua. El tónico hace de barrera e impide que esto pase, dándole a nuestra piel equilibro de forma inmediata y evitando debilitarla. Además, disminuye el tamaño de los poros.
Un tónico para cada tipo de piel
Antes de elegir un tónico facial debemos conocer nuestro tipo de piel:
- Piel grasa o con tendencia acneica: elige tónicos con ácidos como el glicólico, ya que limpia el poro en profundidad y te ayudará a desprenderte mejor de las células muertas.
- Piel sensible: debemos evitar los tónicos con alcohol o alfahidroxiácidos (AHA) en alta concentración, y si puede ser, que contenga ingredientes calmantes y antiinflamatorios.
- Pieles reactivas: puedes optar por un tónico sin alcohol y por fórmulas calmantes o con niacinamida.
- Pieles secas: elige en este caso tónicos hidratantes que contentan ingredientes como ácido hialurónico o extracto de almendras dulces.
Lo importante es conocer tu piel y tus necesidades.
¿Cómo empleamos un tónico facial?
Una vez que te hayas lavado el rostro y aplicado el exfoliante, cuando tu piel este completamente seca, distribuimos el tónico en un disco de algodón y lo aplicamos con ligeros toques en la piel, alternándolo con movimientos circulares para activar la circulación de la sangre en esta zona.
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También puedes optar por aplicarlo con las manos, ejerciendo una suave presión con las palmas y sin frotar, simplemente apoyándolas para que penetre en profundidad.
Otra manera es aplicándolo a modo de ‘bruma’ sobre el rostro, en este caso el tónico tiene que venir en un envase con spray.
El tónico no es un sustituto del agua micelar, sino un complemento con el que se finaliza la fase de limpieza en una rutina facial. Es el último ingrediente que ayuda a preparar la piel para los cosméticos que utilicemos después. Lo ideal es aplicarlo dos veces al día, por la mañana y por la noche, después de la limpieza y antes de proceder con el sérum, el contorno de ojo, la crema…