En el corazón del Upper East Side de Manhattan, a escasos pasos de Central Park y de la conocida Milla de los Museos, ha reaparecido en el mercado inmobiliario un pedazo de la historia de Hollywood: la antigua maisonette, una vivienda de planta baja, que los legendarios Paul Newman y Joanne Woodward utilizaron como oficina, gimnasio o apartamento de invitados. La vivienda forma parte de un histórico edificio de piedra caliza concebido en 1925 por el arquitecto J.E.R. Carpenter, en una de las zonas más codiciadas de la ciudad. El inmueble salió a la venta por primera vez en más de cuatro décadas: el precio de oferta actual se sitúa en 1.695.000 dólares, lo que equivale a unos 1,47 millones de euros al cambio actual.
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La foto que abre este artículo es simplemente gráfica, pues se corresponde a una escena en el Bronx de la película Apache, en 1981.
A la venta el dúplex de Paul Newman y Joanne Woodward
La maisonette, situada justo debajo del ático principal que perteneció a la pareja, mantiene un aire auténtico y casi intacto: conserva muchos de los muebles originales, mesas y sillas de estilo rústico, camas con dosel, estanterías empotradas, y el diseño interior de su época de esplendor. Para quienes admiran la historia de Newman y Woodward, vivirá más allá de una simple vivienda: será casi un santuario.
La distribución comprende dos dormitorios, un baño completo y un aseo. Al entrar, uno accede a un vestíbulo que se ha transformado en un despacho, con escritorio de madera y un sofá de cuero. Desde ahí se accede a un salón-comedor amplio, con suelos de parqué, ventanales que inundan de luz natural los interiores y desde los que se puede disfrutar de vistas al parque, zona de sofás y una mesa de madera para comidas íntimas.

La cocina, de estética cuidada, contrasta con un suelo de baldosas decoradas y pináculos en verde, un guiño clásico y elegante, con gabinetes blancos y electrodomésticos modernos, pero manteniendo el carácter de la vivienda.
En cuanto a los dormitorios, uno de ellos está decorado con tonos melocotón, mientras que el otro luce un blanco nítido. Ambos conservan camas con estructura de postes, un detalle que evoca la elegancia de tiempos pasados. El baño, revestido en mármol, cuenta con bañera.

Ubicación, espíritu y valor emocional
La dirección no es casual: 1120 Quinta Avenida, en el barrio de Carnegie Hill, uno de los enclaves más privilegiados de Manhattan. El edificio ofrece servicios de lujo: portero 24 horas, gimnasio, sala para bicicletas y mantenimiento de alto nivel, características que han acompañado a la propiedad durante décadas.

Más allá de su valor urbanístico e histórico, lo verdaderamente especial es la conexión emocional con dos figuras emblemáticas del cine. Que hoy esta vivienda conserve la esencia de su pasado, sus muebles, su distribución, su alma, hace que quienes la adquieran no sólo compren un piso, sino una historia: la de veladas con amigos, de creaciones cinematográficas, del glamour discreto y elegante de una pareja que marcó época.
Para el comprador potencial, esta maisonette representa una oportunidad única: vivir muy cerca de Central Park, en un edificio clásico, con historia, carácter, y una carga simbólica potente.

¿Por qué vuelve a despertar interés ahora?
Hace tan sólo unos meses, el ático principal del edificio, la vivienda en la que realmente residieron Newman y Woodward durante décadas, se vendió tras una guerra de pujas, alcanzando una cifra muy superior a la inicial. Esa venta no sólo revalorizó el edificio, sino que despertó de nuevo el deseo por poseer una parte de su legado.

